El equipamiento de serie es el que se espera de un SUV que se enfrenta a los premium sin complejos. Entre lo más destacable figuran los faros full LED, panel de instrumentos digital, techo panorámico corredizo, alerta de punto ciego, sistema WHIPS de protección cervical en las butacas delanteras y ayuda de mantención de carril, entre otros. El instrumental ofrece varias opciones de información, pero para desentrañarlas es necesario un “entrenamiento” previo.

Como faltantes, considerando su precio, podríamos citar la ausencia de reglaje eléctrico de la butaca del acompañante, y tampoco cuenta con levas al volante, lo que obliga, en modo manual, a utilizar la selectora de tamaño diminuto pero de accionamiento eficiente.

En cuanto al espacio interior, en las plazas traseras no sobra pero acepta a pasajeros de estatura promedio aunque el que se ubica en el centro se encontrará con ciertas limitaciones. La presentación interior es sobria (estilo sueco) y los mandos están bien ubicados, solo el ordenador y el sistema multimedia merecerían un tratamiento más intuitivo, menos complicado.

A pesar de que los neumáticos en medida 235/50 hacen suponer lo contrario, el confort de marcha en ciudad, si bien es firme, no transmite vibraciones indeseables al circular por nuestras deterioradas calles porteñas. Copia con solvencia. El diagrama de las suspensiones independientes en ambos trenes de rodaje también le juega a favor cuando encaramos tramos ruteros.

La posición de manejo es mejor que en el XC60 que evaluamos en at 336, más cercana a la de una berlina que a la de un SUV, que generalmente disponen de butacas ubicadas más altas para tener un mejor panorama en alguna incursión off road.

El comportamiento dinámico no mostró grises. La tracción integral está conectada a una caja automática de ocho marchas, que manifestó un eficiente pasaje de cambios sin patinamientos que retarden la respuesta en maniobras de sobrepaso cuando se circula en Drive. La inclinación de la carrocería, aun en curvas cerradas, es mínima, y el sistema de dirección junto con el equilibrio de las suspensiones logran que el XC40 mantenga las trayectorias que el conductor le indica, sin necesidad de realizar sutiles correcciones.