Mientras los planes a futuro de Volkswagen apuntan a la electrificación y autos con bajas emisiones contaminantes, años atrás el panorama era muy diferente. En 2007, la marca de Wolfsburgo presentaba el concept Golf GTI W12-650, una variante explosiva que buscaba romper todos los paradigmas del momento.

Este Golf GTI estaba desarrollado sobre la quinta generación del mediano, que era la vigente en aquellos años. Los ingenieros tomaron como base la versión “de calle” y trocaron el motor 2.0 turbo de unos 200 CV por un ¡W12! biturbo que utilizaba un Bentley Continental GT. Recordemos que Bentley es una marca del Grupo VW.

El motor de doce cilindros tenía 6 litros de cilindrada y entregaba 650 CV (de ahí la denominación) y 750 Nm de torque. Para tener una referencia de lo que significaba la potencia, era el triple de lo que tenía un GTI convencional.  La tracción era enviada a las ruedas traseras mediante una caja automática de un VW Phaeton, el buque insignia de la marca en aquel entonces.

Por supuesto que el motor estaba tan sobredimensionado, que debió ser colocado por detrás de los asientos delanteros, al mejor estilo del Renault Clio V6, por ejemplo. Entre las mejoras mecánicas para soportar el caballaje, tenía frenos delanteros de Audi RS4 y traseros de Lamborghini Gallardo.

Para adaptar la motorización al Golf también se tuvieron que modificar otros aspectos de su plataforma. El prototipo final era 160 mm más ancho que el modelo tradicional, lo que obligó a colocarle neumáticos y llantas más grandes, que contribuían en una estética agresiva bajo cualquier punto de vista. Por último, el despeje era 76 mm más bajo y el techo estaba hecho de fibra de carbono.

Respecto a las prestaciones, según varios medios especializados el Golf GTI W12 aceleraba de cero a cien en 3,5 segundos, y podía alcanzar una velocidad máxima de 323 km/h. Por aquel entonces, no quedaban dudas de que se trataba del Golf GTI más rápido de la historia.

El único inconveniente que tenía el auto, de acuerdo a quienes tuvieron la posibilidad de manejarlo, era la dificultad de mantener estabilidad en una curva cerrada. En línea recta el auto iba bien, pero al momento de tomar una curva, la tracción trasera y el motor en posición central no permitían finalizar la maniobra.

14 años y tres generaciones de VW Golf pasaron desde aquel GTI W12 y, si bien el modelo fue ganando tecnología y potencia con el paso del tiempo, los fanáticos no volvieron a ver un prototipo (casi de calle) con estas características. ¿Volverán a hacerlo?