Antes de arrancar septiembre, el Gobierno actualizó en la página de la AFIP los montos para el impuesto interno que deben tributar los vehículos (también afecta a motos, embarcaciones y aeronaves) en nuestro mercado. Este monto también es conocido como “impuesto al lujo”, aunque impacta cada vez más en los segmentos inferiores.

A partir de hoy y hasta el 30 de noviembre inclusive, la primera escala será a partir de los 3,1 millones de pesos, mientras que la segunda entrará en vigencia para los vehículos que superen los 7,9 millones. El valor de la alícuota en el caso de la primera escala es del 20%, mientras que para la segunda el incremento es del 35%.

Desde junio, tras la última actualización, la base imponible para la primera escala era de 2,9 millones de pesos. Como suele ocurrir con este impuesto, había casos en el mercado donde diferentes versiones de un mismo modelo costaban lo mismo. Esto se debía a que las variantes más caras estaban “topeadas” para no llegar al monto que las obligaría a tributar el 20 o 35%.

Por ejemplo, está el caso del Peugeot 208 fabricado en Argentina, cuyas versiones Allure y Feline tienen actualmente el mismo precio de lista de 2.767.200 pesos. Posiblemente, cuando se publiquen los valores del mes de septiembre la versión tope de gama aumentará para despegarse de la intermedia.

Lamentablemente, este impuesto está alcanzando cada vez más a exponentes del segmento B, como por ejemplo el Volkswagen Polo en su versión GTS, así como también el T-Cross en sus variantes Comfortline y Highline. Ambos productos de la marca alemana en sus variantes full superan los 4 millones de pesos, algo que no es culpa del modelo sino del impuesto en sí.

Por su parte, hay que destacar que los vehículos comerciales y utilitarios (ya sea pick ups o furgones) están exentos del impuesto y están “beneficiados” con un IVA del 10,5% (21% en otros casos). Sin embargo, esto no impide que las pick ups ya superen en sus versiones full los 7 millones de pesos.