Desde que Ford anunció en Argentina una inversión de 580 millones de dólares para fabricar la última generación de Ranger en la planta de Pacheco, comenzaron a circular los rumores sobre la posibilidad de producir localmente su variante SUV, que nunca conocimos por estos pagos.

Se trata de Everest, un vehículo que en nuestro mercado apuntaría directamente a un nicho donde hoy compiten Toyota SW4 y Chevrolet Trailblazer. En este caso, la información llega desde Brasil, donde el CEO de la marca de Detroit en Sudamérica no negó (pero tampoco confirmó) el hecho de fabricar un segundo vehículo sobre la arquitectura de la pick up mediana.

En el marco de Agrishow, una de las exposiciones del agro más importantes de la región que se está llevando a cabo actualmente en Brasil, Daniel Justo habló en una conferencia de prensa sobre la Ford Ranger y sus derivados, según el sitio brasileño Motor1.

En ese contexto, el ejecutivo expresó que “la planta de Pacheco estará enfocada en Ranger y derivados de la misma”, algo que anticipa la posibilidad de una ampliación en la gama de la pick up mediana. Claro que cuando le consultaron si un derivado podría ser Everest, la respuesta fue “está en estudio y negociaciones”.

De esta forma, todo indica que Ford está analizando si es rentable producir otro modelo (aunque utilizando gran parte de la plataforma Ranger) en Pacheco. Lógicamente, estamos ante un segmento que no es tan demandado como el de pick ups, pero al menos en el caso de SW4 el éxito está demostrado en la demora de la entrega de unidades.

Cómo es la nueva Ford Everest

El SUV de la marca del óvalo sigue los parámetros de los modelos de Toyota y Chevrolet. Está diseñada sobre la base de la Ranger y por eso comparte buena parte de los componentes con la pick up (chasis, motores e interior).

Estéticamente, en la trompa conserva el nuevo lenguaje de diseño que Ford viene utilizando en sus pick ups desde la última F-150: líneas cuadradas y ópticas con forma de “C”, sumado a una imponente parrilla central con el óvalo en el centro y varios detalles cromados que le aportan un toque más de categoría al frente del vehículo.

Puertas adentro, en líneas generales la arquitectura de la plancha de a bordo se mantiene, pero en el caso de Everest encontramos terminaciones más cuidadas con más atención en los detalles, tal como sucede en las Hilux y SW4. En el centro de la consola toma protagonismo una generosa pantalla de 12’’, que se complementa con un cuadro 100% digital y configurable ubicado detrás del volante.

Al igual que en la última generación de la pick up mediana, la dotación en materia de confort y seguridad es completa. Dentro del primer grupo encontramos, de acuerdo a la versión, cargador inalámbrico, butaca del conductor con regulación eléctrica e incluso la posibilidad de contar con calefacción en los asientos de la primera y segunda hilera.

Dentro del equipamiento de seguridad, dice presente el paquete Ford CoPilot 360 (así denomina la marca a los ADAS como control de crucero adaptativo, mantenimiento de carril y asistente de dirección evasiva) que se suma a una dotación compuesta por nueve bolsas de aire en lo que respecta a seguridad pasiva.

A nivel mecánico, como mencionamos al comienzo, Ford Everest incorpora algunas variantes de la Ranger. En este caso tenemos un 2.0 biturbodiésel con cuatro cilindros, un 3.0 V6 turbodiésel, y un 2.3 EcoBoost naftero. De acuerdo al impulsor, la transmisión puede variar entre una caja manual de seis o una automática de diez, con opciones de tracción 4×2 o 4×4.

Así las cosas, la llegada del Ford Everest a Pacheco por ahora continúa siendo una incógnita. Lo cierto es que Ranger comenzará su fabricación en 2023, por lo tanto la filial local debería enfocarse primero en la pick up para alcanzar un nivel productivo para abastecer a toda la región, sobre todo teniendo en cuenta que un 70% de la fabricación es destinado a la exportación.

Más allá de esto, apostar a un SUV estaría en sintonía con la estrategia que tomó Ford en los últimos años en la región de Latinoamérica, y por eso creemos que el Everest tiene chances de llegar a nuestro país. Además, es un producto con una plataforma probada y confiable y la fabricación local siempre es un plus al que no todos pueden acceder.

Por último, estamos ante un segmento con precios bastante elevados, ya que una SW4 se ofrece en valores que rondan entre 8,7 y 10,5 millones de pesos, mientras que Trailblazer tiene una gama reducida a una única versión (recordemos que llega de Brasil) con un precio de lista de 8,1 millones.