La posición de manejo (doble regulación de volante y butaca) es, subjetivamente, excelente. Me llevo bien con el iCockpit aunque siempre aclaro que creo que soy de la minoría: a colegas y conocidos no termina de cerrarle mucho. Me parece comodísimo el volante reducido, su sensibilidad y la butaca con doble regulación. Al tablero por encima del aro te acostumbras inmediatamente, y me pareció que le falta un apoyabrazos, infaltable en una versión automática.

Imposible no volver a hablar del iCockpit ya que el tablero está involucrado en la solución distintiva de Peugeot. Más allá de su disposición, son relojes de muy buena legibilidad iluminación y data. Pero para no adularlo tanto vamos a decir que la compu central monocromática ya quedó algo anticuada.

Todo el conjunto es super sobrio y los colores elegidos son correctos. Incluso el borde del tablero está terminado en negro brillante y combina muy bien. El sector digital se mete en el área de los relojes a los extremos, con el medidor de combustible y temperatura en ladrillos, una solución con la que los amantes de las agujas despotricarán pero que a la que se acostumbrarán rápidamente. Como todo.

En la pantalla “All in One” de disposición flotante se puede visualizar todo lo concerniente a los parciales, data, configuración del auto y demás. También ahí se reproduce la cámara de retroceso y por supuesto la opción de android o apple dependiendo de tu teléfono móvil. Ah, no tiene mapas nativos con lo cual vas a tener que usar, lógica y eficientemente, los de tu celu.

Si por casualidad no usas el emparejamiento, el menu y la interfaz son agradables e intuitivos, con una buena respuesta. Y una más, en nuestra unidad la conexión con el cable era extremadamente frágil: al menor movimiento del celular se cayó la conexión, pero tal vez se trata de un caso puntual.

Algo que nos llamó la atención analizando la ficha técnica es que este Sport automático de hecho pierde algunas cosas respecto del manual, pero todas con cierta lógica. En el camino deja el GSI (recomendador de marcha, la caja “elige” directamente por nosotros) y el arranque en pendiente (“asistido” por la caja en D).

En el apartado de confort está cubierto, con una buena dotación para el día a día: guantera refrigerada, climatizador bizona, cámara de retroceso, sensor de estacionamiento, luces y lluvia. Poniéndonos exigentes podríamos pedirle luces delanteras de xenón o LED y sensores delanteros de estacionamiento.

Si nos vamos al lado de la seguridad, cuenta con el combo completo de lo esperado para un vehículo de su jerarquía: 6 airbags, controles de estabilidad y tracción, doble isofix y faros antiniebla delanteros y traseros. Como tope de gama quizás hubiera sido un buen ejercicio sumarle ADAS como su primo C4 Cactus pero seguramente eso quedó reservado para la próxima generación.

THP, las siglas que garantizan eficiencia (“turbo high pressure”) y potencia a un costo bajo. Hemos gastado torrentes de tintas hablando de las bondades de este motor que nació fruto de un desarrollo con BMW y que el Grupo PSA sigue eligiendo para vestir a sus modelos.

Repasemos los datos clave: 1.6 turbo, 165 CV y un torque de 240 Nm. La clave en esta ficha técnica es que ese par lo entrega desde las 1.400 rpm lo cual garantiza que tenés empuje prácticamente en cualquier situación donde lo exijas. La potencia le entrega una vehemencia interesante cuando acelera a modo de cuota de deportividad.

Pero aquí está la gran protagonista y casi el motivo de esta prueba: la nueva transmisión. Se trata de una automática de seis marchas de funcionamiento correcto, con convertidor de par, sin tironeos y un selector agradable. Tiene los modelos clásicos de conducción que le permiten al conductor un poco de paño dependiendo sus necesidades: normal, eco (según la marca baja 6,5% el consumo) y sport. Nos sorprendió que no tuviera levas al volante, aunque cubre esa necesidad con la posibilidad de un manejo secuencial desde la mano derecha.

A eso le suma el Grip Control, un aliado extra que adecúa la entrega de tracción al eje delantero (huelga decir que no tiene 4×4 en la gama) dependiendo del camino por el que circulemos. También hemos hablado largo y tendido de él y puede sacarte de alguna situación complicada siempre y cuando coincida el modo con el terreno: estándar, arena, nieve, barro o ESP Off.

Hablemos del comportamiento. Al THP le sobra chasis: cuando lo exigimos responde con una soltura increíble y la configuración de los resortes, notablemente orientada a brindar confort, expone lo intempestivo del motor.

En el día a día se lleva diez puntos: como dijimos en la prueba el año pasado, las suspensiones (con barra de torsión atrás) están orientadas a brindar confort en los caminos regionales, pero aún así tiene un buen comportamiento dinámico cuando lo sacamos de la ciudad. Podría decirse que se trata de un urbano con aptitudes ruteras.

Con la caja automática es más rápido que el manual: 9,2 segundos contra los 10 y monedas en el cero a cien, más de un segundo en las recuperaciones y un kilómetro empardado en exactos 30,1 segundos. Donde también hay cambios es en los consumos. A velocidades constantes se mantiene casi igual (a 130) y a 100 pide un poquito más. Donde se nota la diferencia es en ciudad donde nos pidió un promedio de 12 litros contra los 9 y monedas del manual. No lo usamos en modo eco, con el cual la marca promete un 6,5% menos, con lo cual esa cifra bajaría, en teoría, a 11,2. En promedio, el 2008 automático consume 1,4 litros más cada cien kilómetros.