Lógicamente tampoco hay que reescribir sobre medidas: con 4,39 metros de largo, es el más compacto del segmento (hay que tener en cuenta que comparte plataforma con el Renegade/Toro, aunque modificada), y, si bien con una distancia entre ejes de 2,64 metros tiene una habitabilidad posterior buena, donde paga es en la capacidad de baúl que, aunque por poco, no alcanza los 400 litros. Pero la buena noticia es que allí, abajo de una alfombra rígida, se esconde un auxilio original con llanta de 19 pulgadas, o sea una verdadera quinta rueda –aplausos para Jeep–.

Entonces… ¿dónde están las mejoras? Están en la importante dotación de equipamiento que sumó, ya que además de contar con el sistema multimedia Uconnect de 8,4 pulgadas (con Apple CarPlay y Android Auto, variable que el grupo suele usar para eliminar el navegador nativo de la lista), incorporó sistema de luces bajas automáticas y un paquete de ayudas inteligentes a la conducción que consta de: frenado automático precolisión (avisa sobre el riesgo de una posible colisión frontal; si el conductor no responde, se activa el sistema de frenado), control de velocidad crucero adaptativo, asistente de cambio involuntario de carril, detector de punto ciego y alerta de tráfico cruzado (avisa sobre el cruce de otro vehículo durante una maniobra marcha atrás). ¿Faltantes? Y… si nos ponemos a buscar algo, siempre se puede encontrar, como detector de fatiga o de peatones.

Después de lo mencionado, el Compass MY2019 es igual al anterior con un habitáculo de buena calidad, sin grandes diferencias con rivales extrazona, y con una posición de manejo buena gracias a una cómoda butaca con regulación eléctrica (no calefaccionada y sin memorias) y volante de doble reglaje.

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En la autopista, conectamos todas las ayudas (se pueden setear desde la pantalla central el nivel de intromisión de las mismas y los tipos de alerta que disparan). Si bien siempre hay que estar atento (no es autónomo), el control crucero adaptativo mantendrá la distancia con el vehículo de adelante, incluso frenó al llegar al peaje; y si ponemos el guiño, siempre que el detector de punto ciego no registre peligro, el asistente de mantenimiento de carril se anula temporalmente, el motor eleva las rpm y cuando detecta vía libre alcanza rápidamente la velocidad seteada originalmente. La experiencia toma varios kilómetros para relajarse y dejar todo en manos de la tecnología, aunque a decir verdad, si el conductor no se distrae, son elementos que evitarán accidentes.

Si además se tienen en cuenta los ítems más tradicionales como siete airbags, controles de estabilidad, tracción y de mitigación de rolido, ayuda al arranque en pendiente, cinturones de tres puntos para todos sus ocupantes, cinco apoyacabezas (no son tipo coma, por lo que interfieren en la visión hacia atrás), antinieblas delanteros y posteriores, anclajes Isofix y un eficiente sistema de iluminación con xenón y cornering light, estamos ante uno de los modelos mejor equipados en cuanto a seguridad.

El motor es el naftero 2.4 (Tigershark) “cadenero” que entrega 174 CV asociado a una transmisión automática de nueve relaciones, que, si bien es agradable en su trabajo, tiene un ligero patinamiento. Ofrece modo manual a través de la misma selectora o desde las levas (algo pequeñas) en el volante. Tantas marchas logran contener el consumo en ruta en menos de 10 l/100 km a 100 km/h, pero no hacen magia en la ciudad, donde se eleva a más de 14 l/100 km.

En ciudad, las medidas 235/45/19 no le pasan factura a menos que se golpee algún corte en la calzada, y las suspensiones independientes en ambos ejes copian irregularidades de manera confortable. Lomos y badenes serán sorteados sin inconvenientes, y el radio de giro puede ser amplio en lugares reducidos, pero si esto se transforma en algún problema para estacionar, esta versión cuenta con asistente automático, que libera al conductor de manipular la dirección (que, dicho sea de paso, es eléctrica y variable) para realizar la maniobra (solo acelerar y frenar). Otra vez, es su decisión confiar en los avances de la tecnología.

No nos olvidemos de que estamos en un Jeep, por lo cual prestamos especial atención al sistema de tracción, que es integral inteligente. Se trata del Active Drive con Selec Terrain. De esta manera, el vehículo por default arranca en modo Auto, en el que el sistema activa y desactiva los ejes en forma automática, según las condiciones de adherencia del camino. A esto se le suma la función 4WD LOCK (activada manualmente), donde acopla de forma permanente la Unidad de Transferencia de Fuerza, y a esto se le agregan tres modos (SNOW-Nieve, SAND-Arena y MUD-Lodo) adicionales que varían múltiples parámetros (como la sensibilidad del acelerador o la intromisión, o desconexión, del control de tracción, entre otros) para procurar la mejor tracción. Todo el conjunto es eficiente y ubica el modelo entre los SUV Light, o sea que no se trata de un vehículo extremo como, por ejemplo, los Cherokee o Wrangler.

En síntesis, el Compass se muestra como un modelo equilibrado en el uso rutero o citadino, con el plus de ofrecer un sistema de tracción que le permite una pequeña licencia off road.

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