El Tiggo 5 tiene una carrocería que mide 4,51 metros de largo, 1,84 de ancho y 1,74 de ancho. O sea que en este sentido no hay duda de que se trata de un SUV mediano; por ejemplo, el Ford Kuga mide apenas un centímetro más de longitud. Sin embargo, su distancia entre ejes es de las menores de ese segmento (más similares a los SUV “B”), aunque en sus 2,61 metros se las arregla para tener un espacioso habitáculo, en el cual se destacan las plazas posteriores, donde sobra lugar para las piernas y la cabeza no roza con el techo, a menos que la persona supere los 1,90 metros. Una lástima que la quinta plaza no tenga apoyacabeza y haya un falso túnel de trasmisión que entorpece la ubicación de los pies; de lo contrario, hasta tres adultos se hubieran podido acomodar con dignidad.

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Pero no es que los chinos hagan magia, en pos de habitabilidad sacrificaron baúl que, es de escasos 370 litros hasta el cobertor, pero este es enrollable, por lo que rápidamente se incrementa el volumen hasta los 827 litros. Hay que decir que la zona de carga es práctica al tratarse de un cuadrado casi perfecto (solo interrumpido por los pasarruedas); además, abajo de una prolija alfombra se esconde un auxilio de las mismas medidas que las titulares (llanta de chapa): 225/65/17. Bien por Chery.

Ahora empecemos a enumerar los aspectos por los cuales el Tiggo 5 es un SUV compacto. En primer lugar, en la motorización, y en consecuencia en las prestaciones. Chery usa el motor (de la familia ACTECO) naftero 2.0 de 138 CV a 5.750 rpm y un torque de 18,3 kgm a 4.500 rpm, asociado a una trasmisión manual de cinco marchas de accionamiento algo ruidoso aunque preciso. La entrega de potencia, siempre al eje delantero, es muy progresiva y recién en la parte alta del cuentavueltas se percibe cierta alegría, zona en la cual falla la aislación del habitáculo.

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Es un vehículo doméstico y familiar con procesos de aceleración modestos que obligan a rebajar hasta dos relaciones en busca de reacción. En ruta es sensible a los vientos laterales y en curvas veloces tiende a inclinar su carrocería en demasía. Pese a que Chery aseguró en su presentación un poder de frenado de 100 a 0 km/h en 40,4 metros, en nuestras pruebas no pudimos bajar el registro de 43,4 metros, con un pedal de recorrido corto y rígido (si hay que elegir extremos, lo prefiero así antes que largo y esponjoso).

En ciudad las suspensiones son algo ariscas y la dirección hidráulica podría asistir más, sobre todo cuando el vehículo está detenido. Lo bueno es que su despeje lo hace a prueba de lomos y badenes. Incluso un camino de ripio asentado no será problema para el Tiggo 5; en cambio, si la ruta es de esas donde vuelan piedras, disminuya el ritmo ya que los bajos están desprotegidos.

Su equipamiento de confort tiene como protagonista al sistema multimedia con pantalla táctil de siete pulgadas, donde además se visualiza la cámara de retroceso (con guías fijas) y el navegador, entre otras funciones. Asimismo, dispone de llave inteligente, arranque por botón, tapizado de cuero, aire manual (sin salidas posteriores), butacas de cuero con regulación en altura la del conductor (en ella se obtiene una posición de manejo decente, aunque no ayuda que el volante solo ajuste en altura) y la computadora de a bordo brinda únicamente datos de consumo, que son buenos a velocidades constantes y elevados en ciudad con autonomía, algo acotada por el tanque de 55 litros.

En cuanto a seguridad se conforma con doble airbag frontal, frenos con ABS, ganchos Isofix y faros antiniebla (delanteros y traseros). Las ópticas delanteras son halógenas de buen poder lumínico (si bien no son de xenón, cumplen con creces su función) y regulación en altura manual, mientras atrás los LED son bien visibles en la oscuridad.

Se importa de China, y los materiales del interior están bien presentados, pero su calidad se ubica a la altura (baja) de algunos modelos Mercosur. Todo es plástico rígido, percibimos algunos grillos prematuros, problemas de encastres y las terminaciones de algunos portaobjetos –que son muchos y bien distribuidos– muestran rebabas o bordes filosos. Igualmente, salvo excepciones, está dentro del promedio del rubro regional.