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Experiencia Porsche: cómo es manejar un 911 Cabrio en Miami

Nos subimos al deportivo alemán en su variante Carrera 4 GTS.

Porsche es una de esas marcas que todavía logran generar ese cosquilleo cuando sé que el calendario está bloqueado para manejar uno, una situación menos frecuente de lo que me gustaría. En los últimos años tuve la suerte de poder manejar bastante de los de Stuttgart en nuestro país aunque la coyuntura argentina obviamente obliga a la filial local a distribuir en cuentagotas las unidades de pruebas.

Porsche 911 Cabrio frente

Por suerte la marca tiene una sólida estructura en Latinoamérica y el Caribe con base en Miami y por eso cada vez que pasamos por la península levantamos el tubo y nos apersonamos en la cochera que la marca tiene en la zona del Bayfront Park para hacernos con las llaves de, en esta oportunidad, un clásico de clásicos: un 911 Cabrio en versión Carrera 4 GTS.

Meame

La última vez que habíamos estado en los cuarteles de Porsche había sido prepandemia, en 2018, con otra vida y otro mundo, pero también en un 911. Cinco años más tarde, la premisa del Porsche Miami Lifestyle Program sigue siendo la misma: que un mortal como quien suscribe tenga una experiencia tope de gama en la ciudad favorita del Comandante. Tras las indicaciones de rigor de los amigos de PLA, giramos la llave (del lado izquierdo, cortesía de la herencia LeMans) inundamos la cochera con el ineludible y exquisito ronroneo del boxer frío y partimos.

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Porsche 911 Cabrio trasera

Por diversas cuestiones la estadía en la Florida fue breve así que ya teníamos delineado un plan de vuelo para poder darnos el gusto de manejar el 911 lo máximo posible. En esta oportunidad Porsche puso a disposición uno de los mejores cabrios disponibles: el Carrera 4 GTS. Te lo pongo en números: seis cilindros, dos turbos, 3 litros y la friolera de 480 caballos para un auto hecho a medida del lugar donde lo manejamos. Porsche le estampa el “GTS” a sus autos con “performance incrementada y complementados por especificaciones deportivas”, siendo la T y la S alusiones directas a Touring y Sport, respectivamente, y el 4 a su tracción integral.

Por supuesto que lo primero que hicimos fue sacar la capota (nuestro metier es probar todas las características de los autos, sabrás entender) y poner como destino el Hard Rock Stadium, casa de los Miami Dolphins y, desde hace unos años, sede del Grand Prix de Miami, que se había corrido en mayo y todavía quedaban algunos rastros de la pista que arman en el estacionamiento del complejo. Para llegar recorrimos la icónica Interestatal 95, algo así como “nuestra” Panamericana ya que llega hasta Canadá.

Porsche 911 Cabrio interior

Con los Cabrio me pasa que siempre quiero ir descapotado pero nunca encuentro el momento ideal, así que decidí sacarlo en la ciudad y volver a ponerlo una vez que subimos a la ruta, más que nada por cuestiones eólicas: lo mejor de todo es que en 12 segundos completás la maniobra y lo podés hacer hasta a 50 km/h por si, como a mi, te agarra la duda cuando ya estás en marcha. Obviamente que hay más filtraciones que en un Coupé pero nos permite escuchar mejor el bóxer; no nos quejamos.

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Lo bueno del 911 -y de los asfaltos yanquis- es que la calibración estándar de un auto de esta naturaleza permite atravesar la city casi como si se tratara de uno normal. Justamente creo que uno de los atractivos del modelo es que, dentro del universo donde se mueve, es un daily muy interesante: algo así como un Golf GTI premium. En eso ayuda bastante también la conocida PASM que, en criollo, es la suspensión adaptativa que va a ir atemperando y maleando en cuestión lo que repercute en el habitáculo.

Ahora bien, si el entorno cambia ya sea por un track day, porque querés más diversión o se desató una tormenta tropical de un segundo para el otro como nos pasó a nosotros, tenes diversos modos de manejo además de normal: sport, sport plus, individual (elegís tu propio setup) y wet (mojado), respectivamente. Al márgen del plus electrónico, nos encantó el switch tipo ruedita y su ubicación en la zona inferior del volante.

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Porsche 911 Cabrio volante

Obviamente no hubo tiempo, ni lugar, ni condiciones de hacer pruebas ni mucho menos así que nos guiamos por los números que anuncia Porsche: brutales 3,5 segundos para el cero a cien, una velocidad máxima de 307 km/h y un consumo promedio de 11 litros cada cien que, ya te digo, dista bastante de las cifras que ojeábamos en la compu de a bordo.

Y ya que hablamos de la telemática, solo palabras de fascinación para un interior que mantiene la herencia sesentista de Ferdinand pero completamente actualizado y tecnológico: la prueba más cabal es el tablero, mix de pantallas y relojes analógicos que a veces quedan detrás del aro del volante y no se ven en toda su gloria. Los materiales son excelsos, las butacas una fiesta y cada centímetro cuadrado está pensado para tu comodidad, tanto en los materiales como en el equipamiento que obviamente es extenso. Sí debo reconocer que tanto reloj y menú me abrumó un poco y que no hubo manera de iniciar Android Auto: hace un tiempo que Porsche se había dedicado exclusivamente a Apple pero recuerdo que hace no mucho había abierto el juego a los usuarios de Android. De todos modos creo que es un problema que salvo en estas situaciones puntuales, jamás tendré, je. Más allá del temita con la conectividad de mi celular, la pantalla es un centro de información soberbio con mil funciones incluyendo las referidas a la dinámica y performance del 911.

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En ruta es un tren. Se viaja bajito como en todo deportivo alemán y la dirección es extremadamente directa. Obvio que ayuda el bajo centro de gravedad cortesía del bóxer y las llantas de 20 y 21 pulgadas, adelante y atrás, apuntalan esta sensación. La máxima de las autopistas yanquis de 75 millas por hora (poco más de 110) me generó una ansiedad brutal pero dentro de esa legalidad las aceleraciones que metimos fueron contundentes: la tracción integral ni se despeinó con el pavimento mojado. De la PDK (8 velocidades) poco para agregar: su funcionamiento es muy bueno y definitivamente una de las mejores del mundo. El grupo es un especialista en el tema y esta caja de nombre irreproducible rubrica esa idea con creces.

Para ir cerrando, lo último que pusimos a prueba y que generó un desafío: la capacidad de carga. Sí, sabemos que no es un auto mundano pero nosotros sí y los días que lo tuvimos se nos presentaron desafíos terrenales como llevar gente y cargar compras y valijas y siempre sudamos la gota gorda teniendo en cuenta que oficialmente el frunk (baúl delantero) tiene 132 litros de capacidad de carga. Porsche literalmente considera los asientos traseros como un lugar para llevar cosas porque lo anuncia en la ficha técnica como 163 litros extra. Insisto con que quien se compre este o prácticamente cualquier 911 no está buscando soluciones de habitabilidad pero sí es un incordio en situaciones puntuales como las que experimenté.

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A esta altura te estarás preguntando cuánto cuesta: la respuesta es amplia. Porsche es de esas marcas que podés configurar muchísimas cosas del auto obviamente con el costo que esto conlleva. De base nuestra unidad cuesta 162.700 dólares pero tenía ¡treinta! opcionales con precios variables. El más caro era el paquete Premium que incluye asistencias al estacionamiento y el sistema de sonido Bose (5.370 dólares), asientos exclusivos (2.820), el ploteo de la doble tira (1.650), paquete de insignias mate (3.520) y el color Arctic Grey (3.270), entre otros, que llevan el precio a 197.220 dólares. según la calco Monroney.

Manejar un Porsche es siempre una experiencia. Una gratísima experiencia. En Argentina los hemos disfrutado y en Estados Unidos, donde uno (el auto, bah) pasa más desapercibido, se disfruta un pelín más. Nos hubiera encantado poder pisarlo un poco más pero ya el hecho de estar en una de las ciudades más importantes del mundo a bordo de una máquina de este tipo es una experiencia onírica y creo que, justamente eso, es lo que tienen en mente siempre los amigos de Porsche Latinoamérica.