Parece mentira, pero una mañana de febrero de 2019 -sí, cuatro años atrás- nos desayunábamos con uno de los spoilers más grandes de la industria moderna: alguien encontró un prototipo de la Ford Ranger en Australia y la filtró al mundo: sí, 48 meses antes de su lanzamiento estipulado.

Antes siquiera de empezar a vislumbrar una pandemia ya sabíamos que Ford estaba cocinando la nueva generación de su pick up mediana y que la tenía casi lista por lo menos en términos de diseño. Por supuesto que para bajar la espuma se sembró la duda de su autenticidad pero desde hace un tiempo -y unos años te diría- pudimos ir confirmando que ese leak era fidedigno.

Y acá estamos. Más de 1200 días después, una pandemia yéndose por el espejo retrovisor y vos, yo y casi todos con una vida que siguió y seguramente mutó a una bastante diferente a la que era en 2019. Mendoza fue, una vez más, elegida la sede de la presentación regional de la Ranger, una de las protagonistas más activas del segmento más activo de nuestra industria y que en los últimos años no paró de evolucionar.

Ya te contamos absolutamente todo acerca de la nueva gama y de los nuevos motores, data que estuvo celosamente guardado y que costó confirmar y de cuáles son las diferencias entre todas las versiones.

Como nos suele acostumbrar Ford, la presentación fue temprano por la mañana e inmediatamente después de conocer todos los detalles nos esperaba una marea de nuevas Ranger a los pies del hotel Condor de los Andes, otro viejo conocido de auto test.

Tras ubicar la bandera argentina en el parabrisas (llegaron periodistas de Brasil, Chile y Perú, entre otros) nos subimos a una Limited+, la más requerida por la incorporación del V6, el ancho del nuevo modelo independientemente del también novel par de bloques de cuatro cilindros.

Estéticamente la Ranger maduró muchísimo. Creo que todavía el cambio de la anterior generación en 2012 fue más sustancial (en términos de diseño) pero está claro que esta Ranger tiene un look muy interesante. Antes de subirme me quedé viendo los calcos, que dependiendo de la tracción (básicamente si tienen la nueva función 4A o no) discurren entre 4WD y 4×4: me parece algo super vintage y que el publico de hoy preferiría no tenerlo, pero quizás es una apreciación personal; lo dejo a debate.

Adentro me sorprendió gratamente lo idéntica que es a la Raptor que pudimos manejar en el verano: esperaba una regionalización mayor de la arquitectura del habitáculo en términos de diseño aunque sí se notan otros materiales cuando sacamos la lupa: la presentación es impecable, pero hay mínimos detalles que evidencian que incluso en las próximas generaciones las pick up medianas seguirán dándole la espalda a los materiales blandos.

Tras presionar el botón de arranque (el V6 es una seda, prácticamente imperceptible) y con una mínima configuración del teléfono (me apareció automáticamente la app en mi android apenas me acerqué) partimos raudamente con Potrerillos en el horizonte.

Como suele suceder cada vez que hacemos un test drive en Mendoza, la Policía abrió el camino para el paso del convoy: si sos mendocino y hoy tuviste que esperar que pasen casi 90 Ranger, te pedimos perdón.

Los primeros metros noté que la suspensión es espectacular: no es rebotera y se banca las imperfecciones con holgura. Desde el Acceso Este hasta la Ruta 40 pudimos movernos en una cargada vía que no nos permitió comprobar otra cosa que los resortes, que son integralmente nuevos y cuenta con amortiguadores por fuera del chasis y con 15 mm más de recorrido.

Luego del asfalto pudimos hacer unos kilómetros sobre grava que nos permitieron sentir un poco el V6 en un camino un poco más accidentado. El resultado fue excelente y pudimos poner a prueba los modos 4A (que ya habíamos manejado en la serie F) y el bloqueo de Alta, con los que prácticamente no se despeinó.

Detallecitos que fuimos anotando: la climatización tiró aire caliente incluso con bajas temperaturas seleccionadas, el cargador inalámbrico funcionó muy bien, la frenada autónoma no sonó en una detención intempestiva, el stop and start fue bastante intrusivo (yo no tengo problemas pero entiendo que es irritante para la mayoría) y la pantalla es, fiel al linaje SYNC, un relojito suizo.

Hicimos algo más de ruta y en la zona de Cacheuta nos metimos en un circuito 4×4 improvisado (pero excelentemente orquestado) donde la exigimos menos de lo que lo vamos a hacer cuando Ford nos la preste en las próximas semanas.

Una parte de ese tramo lo hice en las plazas traseras y a priori puedo decir que es algo recta la butaca pero que la ganancia entre ejes permite ir un poco más cómodo que antes.

Dejo para el final una comparación insoslayable: creo que la entrega de potencia de la V6 es más progresiva que en la Amarok, que cuando hundimos el pie nos da un zapatazo de potencia que descoloca. Esta Ranger es menos contundente, pero creo que el conjunto es más sofisticado y ágil que el producto de Volkswagen que, vale recordar, iba a producirse con la base de esta pick up que ves en imágenes, algo que final y sorprendentemente no se llevó a cabo por estas latitudes.

Creo que la Ranger es la punta de lanza de la nueva generación de pick ups que se viene y, en términos de producto, es la más completa. Arrancó una nueva etapa en una de las franjas de mayor crecimiento y potencial de nuestro mercado. ¿Quién moverá ahora?