Los materiales y la terminación en general son de nivel Premium con una impecable percepción de calidad, hasta en la del cuero de las butacas de nuestra unidad. El diseño interior va de la mano de la imagen externa. Todo está en su lugar, debidamente identificado y con mandos precisos.

La posición de manejo no ofrece aspectos criticables, cualquier humano puede encontrar la ideal sin problemas. El volante es de tamaño justo, buen tacto, regula en altura y profundidad, la butaca es ergonómicamente correcta y los mandos están a mano. El instrumental apoyado por un ordenador multifunción informa absolutamente de todo y me llevaría una semana enumerar todas las posibilidades. Incluso el navegador puede visualizarse en la pantalla táctil de la plancha o en el panel de instrumentos entre el velocímetro y el tacómetro. Eso sí, familiarizarse con el sistema lleva su tiempo.

Las suspensiones manifiestan ese balance tan deseado entre la circulación en ciudad y un eficiente comportamiento rutero. En superficies agresivas, como empedrados desparejos o pavimentos en mal estado, ambos trenes muestran una gran capacidad de absorción de cualquier tipo de irregularidades, logrando que su manejo en la selva urbana sea mucho más soportable y menos estresante, situación en la que colabora la caja automática DSG de seis marchas.

En ruta o ciudad se puede optar por el programa Normal, Confort, Sport o Eco y las suspensiones adaptativas se acomodarán a gusto del conductor, pero en cualquiera de estas funciones el Passat se mostrará franco transmitiendo seguridad, aun ante maniobras imprevistas. El examen de estabilidad direccional y sensibilidad a vientos laterales, aprobado. En gran parte de nuestro recorrido de prueba nos enfrentamos por cientos de kilómetros con importantes ráfagas de Eolo que superaban los 30 km/h.