En materia de espacio, el disponible es muy bueno (3 metros clavados) y cuenta con un recirculador de aire de curiosa forma y disposición que garantiza que llegue la climatización a las plazas traseras. La manchita es que el tercer apoyacabezas es similar a los laterales con lo cual es la que tiene peor visión a la luneta.

En la última década el capítulo de seguridad tomó mucha relevancia, por eso no sorprende que de serie equipe mínimo seis bolsas de aire, control de estabilidad, fijaciones isofix y faros antiniebla delanteros. Además, incorpora el airbag de rodilla, control de balanceo de tráiler y el faro trasero.

Con respecto a multimedia, Mitsu ofrece conectividad Android auto y Carplay (y mapas nativos) aunque una interfaz algo anticuada.

Mitsubishi es un histórico jugador de la tierra, con un pedigrí importante en SUV, y esta L200 no es la excepción. Apela al clásico sistema 4×4 con reductora, aunque yendo a lo particular hay algunas cuestiones para poner la lupa.

La L200 posee un ataque muy favorable (31/25/23). En sus entrañas lleva el Super Select 4WDII que es muy similar al del resto, aunque con cuatro modos (2H, 4H, 4HLc y 4LLc). El modo “extra” es el bloqueo de diferencial central.