Al ingresar al habitáculo, el diseño interior continúa con su doble tonalidad, pero se replanteó en su integridad. Funcional, la consola central se presenta más vanguardista, con mandos más grandes y a mano del conductor. El volante, las butacas y sus tapizados e instrumental se suman a la dosis de renovación en esta New L200.

Con el énfasis en brindar mayor espacio en la cabina sin extender la distancia entre ejes, las butacas delanteras fueron reposicionadas, mientras que se inclinó en 25º el respaldo de las butacas traseras. Los ocupantes, agradecidos.

También se optimizó considerablemente la insonorización, con nuevos materiales aislantes, y se incrementó la rigidez del chasis y la caja de carga, incluso con una reducción total de peso de 14 kg respecto a la versión anterior.

En general, la calidad de materiales de esta nueva L200 cumple con su cometido.

Adaptada a los tiempos, la lista de componentes tecnológicos recibió un refresh sustancial. A nivel equipamiento de confort para el conductor, la columna de dirección regula en altura y profundidad, mientras que la butaca eléctrica ofrece reglaje de la inclinación del cojín. Los pétalos laterales, por su parte, abrazan por demás el cuerpo, permitiendo una postura más erguida y segura.

El entretenimiento corre por cuenta de un completo equipo multimedia de la firma Kenwood con pantalla táctil de 6.1”, múltiples formatos de lectura y conexiones (USB, AUX, DVD, Bluetooth y hasta HDMI…), el bienvenido GPS representado por Garmin, cámara de estacionamiento y control remoto. Solo reprueba en la definición debido a su bajo contraste. En la parte inferior, el nuevo climatizador bi-zona colabora en la ambientación de los ocupantes, si bien debe una salida de aire en las plazas traseras.

En seguridad pasiva iguala a las Hilux y Ranger mediante los seis airbags ya clásicos más el de rodilla para el conductor. Las asistencias electrónicas corren por cuenta de ABS, EBD, ASTC (controles de tracción y estabilidad) y HSA (asistente de arranque en pendiente). Siendo puntillosos, y por su abultado precio, bien podría incorporar asistente en descensos, control de balanceo del tráiler y control de carga adaptativo, sin mencionar a aquellos impuestos por la nueva Chevrolet S10: alerta de colisión frontal y cambio involuntario de carril.

El instrumental es quizás el área donde las marcas ponen mayor atención en este tipo de vehículos. No es el caso de Mitsubishi. Si bien la serigrafía y el tamaño del velocímetro y cuentavueltas son ideales, el ordenador de a bordo carece de información… y de buena lectura. Pequeño y ubicado en el centro, detalla el nivel de combustible y temperatura, junto a las funciones necesarias.

Solo la falta de dos componentes se hacen notar frente a la generación anterior: el techo eléctrico y el RV Meter con brújula, barómetro y altímetro.

Debajo del capot se encuentra una de las principales novedades de la New L200. En reemplazo del 2.5 de 178 CV, la marca presenta un block 2.4 desarrollado íntegramente en aluminio, que reduce su peso en 30 kg respecto al antecesor. Esta inédita concepción –la única entre las pick up’s– eroga 181 CV y un torque de 43,9 kgm a 2.500 rpm. El denominado MIVEC arranca mediante botón, no se necesita la llave, ubicado en el extremo izquierdo de la plancha.

Un sitio poco habitual. Silencioso y de muy bajas vibraciones, este 2.4 se acopla a una caja automática con convertidor de par con 5 relaciones, que ofrece el pasaje de marchas manual mediante el selector o las generosas levas ubicadas detrás del volante. Rápida y con leves patinamientos, cumple con su labor y gracias al sistema de distribución variable del propulsor, el conjunto ofrece una respuesta satisfactoria teniendo en cuenta su relación peso/potencia (10,1 kg/CV). Al no contar con una sexta velocidad, la quinta es larga, y otorga consumos menores que los previstos: permite viajar a 130 km/h a 2.450 rpm necesitando apenas 9,2 l/100 km. Tema aparte para los frenos: no resultaron eficientes a altas velocidades, ya que la unidad bloqueaba por demás el eje trasero.

Fuera del asfalto es donde mejor se siente esta New L200. El esquema de suspensión delantera es sin dudas el más robusto del mercado gracias a la disposición de dos brazos oscilantes triangulares enfrentados y rótulas de gran tamaño. Áspera para la ciudad pero de radio de giro acotado, se destaca por su firmeza y comportamiento fuera del asfalto. Aquí, quienes despunten el vicio del off road encontraran en esta “chata” una gran aliada. Su sistema de tracción Super Select II posee los modos alta (conexión hasta 100 km/h) y baja, y suma la opción de reductora pero con diferencial central bloqueable para situaciones extremas.