El espacio interior es correcto para cinco ocupantes, y el baúl dispone de 550 litros de capacidad, en el que se aloja bajo nivel el neumático temporal que no es del tipo “galleta”… mejor que nada. En terminación y materiales utilizados sigue las normativas de la marca, y no encontramos puntos oscuros o criticables; por lo tanto, la percepción de calidad es de buen nivel, con un entorno sobrio pero funcional.

La posición de manejo no es la de un SUV convencional. La butaca dispone de amplia regulación en altura (con dos memorias para el conductor) y buena sujeción lateral, además de una columna de dirección con doble reglaje, logrando una ubicación frente al volante –de buen grip– similar a la de un Serie 3.

Los mandos ubicados en la plancha están donde deben estar, y el ordenador de a bordo multifunción con pantalla táctil puede ser comandado desde la “rueda” del iDrive. El instrumental es digital, con aguja que modifica la gráfica de acuerdo a las opciones que el conductor elija.

Las gigantes llantas de 21 pulgadas y los perfiles bajos de los neumáticos hacen suponer que el confort de ciudad no es el mejor. En superficies irregulares las suspensiones copian con decisión leves vibraciones de carrocería, pero sin que lleguen a ser molestas.

El reglaje de las suspensiones deportivas M en Sport+ hace que esta versión del X3 manifieste una conducta dinámica de primer nivel. Por su tracción integral inteligente xDrive, su comportamiento en curva es absolutamente neutro, solo con una leve tendencia a subvirar en curvas de retome.

Los cambios pasan sin patinamientos y se los puede seleccionar desde las levas ubicadas detrás del volante o mediante el selector. Nunca se descontrola, aunque se pise algún “piano” en la pista. Responde con total franqueza a lo que se le indica y reacciona de inmediato a la salida de las curvas, situación en la que el motor transmite un sonido grave que se incrementa mientras la aguja del cuentavueltas trepa vertiginosamente y la caja pasa al cambio superior. Al rebajar se descubre que, si bien preserva la integridad de la mecánica, es bastante permisivo, lo que transforma al X3 en un SUV muy divertido como para liberar nuestros inconfesables vicios.

La dirección ayuda en cualquier tipo de maniobras por su precisión y radio de giro limitado para un vehículo de 4,71 metros de largo y ancho considerable. En largas rectas ruteras no lo conmueven las imperfecciones del asfalto, el caucho siempre está en contacto con el piso y tampoco el viento logra modificar su trayectoria.