Adentro, en términos de arquitectura el Volkswagen Nivus no ofrece muchas novedades. Se mantiene la estructura típica que la marca alemana viene mostrando desde unos modelos algo que no sorprende y su calidad es aceptable, pero de eso vamos a hablar más adelante.
Al compartir base con Polo (la famosa plataforma MQB-A0), este Nivus tiene una distancia entre ejes de 2,56 metros, a diferencia de su hermana T-Cross que hereda los 2,65 del Virtus. Un adulto de contextura promedio viajará con las rodillas algo cerca y tendrá que moldearse para entrar. Luego, a estar atento con la caída del techo, que puede rozar en alguna oportunidad la cabeza.
Allí atrás la recomendación es que viajen dos adultos ya que la plaza central es menos ergonómica, más dura y sufre un falso túnel de transmisión y la salida independiente de climatización (con USB de carga por si venís flojo de batería) que roban algunos centímetros de piernas.
Pero la gran noticia está un poco más atrás, porque con 415 litros el baúl del Nivus es una bienvenida a llenarlo de cosas. Muy buena capacidad para un vehículo que rompe con el esquema tradicional de un segmento de “camionetas” pero que no priva al cliente de un buen espacio para dejar cosas. Detalle muy particular: el comando de apertura interna de baúl se encuentra en la pantalla y es táctil, todo una rareza.
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DIMENSIONES INTERNAS
Asiento – Techo: 920 mm
Asiento – Techo trasero: 920 mm
Pedal de freno a volante: 640 mm
Volante a respaldo: 490 mm
Respaldo delantero a trasero: 740 mm
Garantía 3 años o 100.000 km
Periodista, egresado de DeporTEA en 2007. Ese mismo año ingresó a Motorpress Argentina para escribir en la web Auto Plus Digital y en 2009 pasó a escribir y probar autos para la edición impresa. Desde 2018 redacta y prueba para auto test web y papel y representa al medio en salones internacionales, eventos y lanzamientos de la industria automotriz a nivel nacional y regional.
Fanático del WRC, fue bastante ciclotímico con sus autos: primero tuvo un Suzuki Swift GTI, pasó por un Citroen Saxo, volvióa las siglas prometidas en un Seat Ibiza GTi y recaló en dos Peugeot 206 (uno francés y otro nacional) hasta que pudo cumplir el sueño de su vida de tener un Subaru Impreza turbo «azul con llantas doradas, como tiene que ser un Impreza».