Sí, la pick up Amarok V6 tiene un límite de menos de 900 kilos, pero Volkswagen nos autorizó a desafiarlo sabiendo que era en un contexto seguro, idóneo y como una excepción. El mensaje es claro: la capacidad máxima no implica el límite en que se rompe la camioneta, sino que es el umbral a tener en cuenta para un uso cotidiano sin comprometer la seguridad ni los componentes de la pick up.

Por eso, con ayuda de un autoelevador, subimos un tanque de agua de 1.000 litros con jaula y portapalet cargado a tope que representa, naturalmente, 1.000 kilos (1 litro = 1 kilo). La idea era ver cómo reaccionaba la suspensión de Amarok y, de ser posible, dar unas vueltas en la pista del complejo.

Para ver el impacto en el eje trasero, medimos el espacio entre el caucho y el pasarruedas, que bajó de 17 a 10 centímetros. También, como ves en imágenes, el gancho de trailer (que es un accesorio) queda bastante pegado al piso.

Además de la metamorfosis en la suspensión, lo que cambia sustancialmente es el comportamiento dinámico, no solo en los resortes, sino en que esa masa que llevás atrás impacta profundamente ante alguna variación, especialmente en la frenada donde se transfiere adelante. Por eso la recomendación de la capacidad de arrastre y de trailer varía si el acoplado tiene frenos o no.

Con la tonelada atrás, pusimos primera (o Drive, en este caso) y dimos unas vueltas en el circuito “on” de Arawak con mucho cuidado para las fotos y volvimos a base. Por las dudas, lo decimos de nuevo: no recomendamos ni cargar la tonelada y mucho menos salir a camino abierto en las condiciones que lo hicimos. Lo que sí confirmamos es que la Amarok V6 aguanta 1.000 kilos perfectamente.

De paseo con Quiñones

Aprovechando las instalaciones de Arawak nos propusimos recrear una situación más terrenal que la anterior. La idea fue cargar 500 kilos en la caja y sí exigir un poco más a la “ve seis”.

Para eso le pedimos nuevamente a Augusto y a Matias que nos den una mano con la máquina y que nos ayuden a cargar una bolsa de arena que acusaba media tonelada en la balanza. Con el lastre, la pick up se “planchó” 4 centímetros.

La Amarok tiene en la zona de carga cuatro ganchos de sujeción en el piso que aguantan hasta 400 kilos e incluso tenés la posibilidad de agregar dos más.

Una vez subida, nos fuimos a uno de los tantos circuitos off road que tienen en Cardales y lo atravesamos con mucha tranquilidad y cadencia. Fue clave, por ejemplo, el control de descenso en la Amarok, para evitar tocar el freno o cometer un error de apurados. Para activarlo, lo primero que hay que hacer es “avisarle” a la camioneta que haremos una incursión off road. Para eso presionamos el comando “Off Road” a la izquierda de la selectora y, de esta manera, la Amarok configura algunos dispositivos electrónicos para que trabajen de manera diferente a como lo hacen en condiciones habituales. También activa el ABS off road, que mejora la frenada sobre caminos de polvo, tierra, etc.

Entre esas funciones, también hace su aparición el control de descenso, una función de seguridad que hizo que, en nuestro caso, no toquemos el freno con los 500 kg en la caja, lo cual puede ser una causa de desestabilización teniendo en cuenta la transferencia de peso.

Sin tocar un pedal la Amarok bajó algunas pendientes y, acá sí aprovechando los 258 CV y 580 Nm y el HSA (arranque en pendiente), trepó otras. Acompaña a todo el conjunto un kit de gomas que, según la web oficial, “garantiza máxima seguridad, control y rendimiento en todas las condiciones climáticas”, es decir, no es un caucho específico para el off road, así que a tenerlo en cuenta.