Como buena base, la Oroch quiere costarte poco en el concesionario. Y para eso Renault recurrió a la tijera: el equipamiento de confort y de seguridad es el justo y necesario. Por el lado del primero, la Profesional tiene solo manijas interiores y selector de caja con cromados, aire acondicionado, cierre centralizado (y en rodaje), dirección asistida y levantavidrios delanteros.
¿Qué le falta? Entre las bajas más sensibles, o las que más extrañamos durante los días del test, anotamos el sensor trasero de estacionamiento (inadmisible su ausencia en cualquier pick up de cualquier segmento) y el pack eléctrico para poder acomodar los espejos a gusto -sin necesidad de asistencia del acompañante- y para los eventuales pasajeros que viajen en las plazas traseras, que van a tener que darle a la manivela para subir o bajar las ventanillas. Una que rescatamos del recorte: las llantas de chapa dan seguridad a la hora de estacionar ya que cualquier oportunista que se vea tentado probablemente posará sus ojos en unas de aleación. El vaso medio lleno.
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Pasamos al apartado de seguridad, donde apenas están cubiertas las necesidades básicas, es decir, doble airbag, ABS y fijaciones isofix como establece ley más algún detalle como la regulación en altura de los cinturones delanteros y no mucho más. Yendo un poco a lo macro, las versiones más equipadas de la Oroch suman, apenas, alarma y proyectores antinieblas, algo que debería revisarse con urgencia.
Nos volcamos por último al apartado multimedia que, por más que la pick up tenga un perfil lúdico, en estas variantes también es importantísimo estar conectado con el trabajo y las tareas. Para evitar andar manipulándola, tiene comando satelital tras el volante, conexión bluetooth para estar disponible ante alguna eventual llamada y todo eso se complementa con entrada USB y auxiliar para tener la posibilidad de llevar tu música favorita. El display, monocromático típico de Renault (nada de MediaNav), pero con las funcionalidades básicas para hacer más amena la jornada.
Periodista, egresado de DeporTEA en 2007. Ese mismo año ingresó a Motorpress Argentina para escribir en la web Auto Plus Digital y en 2009 pasó a escribir y probar autos para la edición impresa. Desde 2018 redacta y prueba para auto test web y papel y representa al medio en salones internacionales, eventos y lanzamientos de la industria automotriz a nivel nacional y regional.
Fanático del WRC, fue bastante ciclotímico con sus autos: primero tuvo un Suzuki Swift GTI, pasó por un Citroen Saxo, volvióa las siglas prometidas en un Seat Ibiza GTi y recaló en dos Peugeot 206 (uno francés y otro nacional) hasta que pudo cumplir el sueño de su vida de tener un Subaru Impreza turbo «azul con llantas doradas, como tiene que ser un Impreza».