Si bien en Estados Unidos las pick ups por excelencia son las full size, el segmento mediano (que en Argentina es uno de los más populares) presentó importantes novedades en las últimas semanas. Una de ellas fue la Chevrolet Colorado, y ahora le llegó el turno a la GMC Canyon, su prima hermana con un nivel más premium.

Desde hace varios años ambas pick ups comparten estructura pero la GMC se diferencia por el lado estético y también en cómo está conformada su gama. Esta nueva generación mantiene las virtudes del modelo anterior y adopta como novedad el mismo motor naftero turboalimentado que en el caso de la pick up con el emblema del moño dorado.

En materia estética, el resultado final es positivo, con una línea más agresiva y musculosa que en la generación anterior. En la trompa se destaca una enorme parrilla con el emblema de la marca bien grande en el centro, flanqueado por ópticas bipartidas con tecnología LED y un formato con reminiscencias a la Colorado.

Más allá de los cambios estéticos, puertas adentro la pick up de GMC incorpora algunas novedades frente a la Chevrolet Colorado. Las salidas de aire circulares ahora tienen otro formato que de alguna manera le aporta una mayor jerarquía a la plancha de a bordo. Además, se destaca la presencia de materiales de mejor calidad y detalles en una tonalidad más clara.

Por su parte, si hablamos de conectividad la pick up Canyon mantiene una pantalla de 8’’ para el instrumental que ofrece diferentes maneras de visualizar la información. En el centro de la consola toma protagonismo una pantalla de 11,3’’ que cuenta con compatibilidad inalámbrica android auto y carplay, además de una interfaz integral de Google.

Al igual que en las generaciones anteriores, esta nueva GMC Canyon mantiene en su catálogo la variante Denali, la más lujosa de toda la gama. Más allá de ofrecer el máximo nivel de equipamiento, esta versión se distingue por un diseño exterior exclusivo (suma cromados y una parrilla específica), estribos laterales y llantas de 20 pulgadas.

Dentro de la dotación destacada de la versión Denali cuenta con butacas delanteras eléctricas con calefacción y ventilación (lo mismo para el volante), detalles en madera en la plancha y un equipo de audio premium marca Bose.

Bajo el capot, la GMC Canyon tiene un motor 2.7 de cuatro cilindros con turbo que desarrolla 314 CV y 582 Nm de torque. Cabe destacar que en la Colorado este motor se ofrece con tres niveles de potencia.

Por el lado de la transmisión, corre por cuenta de una caja automática de ocho velocidades, que se puede combinar a un sistema de tracción integral 4×4 e incorpora un diferencial de deslizamiento limitado. En cuanto a las capacidades, la marca norteamericana declara que la pick up puede tirar hasta casi 3,5 toneladas, mientras que la capacidad de carga máxima es de 744 kilos.

En Estados Unidos, la gama Canyon arranca en 40.000 dólares, una diferencia considerable respecto de la Colorado, que inicia en 30.485 dólares. Más allá de esto, se sabe que el público yanqui está acostumbrado a pagar una diferencia por un producto más lujoso y con un aspecto diferencial.