Durante la década del 80, tras el cierre a las importaciones las marcas que fabricaban en el país tuvieron la posibilidad de ofrecer a sus usuarios una gama de productos prácticamente similar a la que podía verse en Europa. En el caso de Peugeot, luego de la asociación con Fiat conocida como Sevel, cada marca abarcaba un nicho de mercado específico y en el caso de la firma del león su lugar fue el segmento de grandes berlinas.

En ese contexto, el Peugeot 505 iniciaba su producción en el país para posicionarse como el vehículo más lujoso que ofrecía la marca francesa en aquel momento. Y la unidad que te mostramos en esta nota servirá para que los que no vivieron esa época en primera persona puedan conocer en definitiva cómo era un auto del segmento D en Argentina hace 40 años.

El auto pertenece a nuestro seguidor @leanbarrientos1, creador de la página Automovilismo del Recuerdo. Tras vender otro 505 (casualmente del mismo color), Leandro contó a través de una publicación en su Instagram que encontró esta unidad con 88.000 kilómetros reales y, como se puede apreciar en las imágenes, en un estado de conservación digno de admirar para un auto con cuatro décadas encima.

Todo se dio gracias a Federico, mi gran amigo y ex dueño de esta unidad que me dio la posibilidad de comprarlo sin necesidad de andar lidiando con chapistas, pintores ni mecánicos. Mi idea era disfrutar de un buen Peugeot 505 primera serie”, afirmó.

Volviendo al auto, se trata de un 505 año 1982 en su versión SR, que se ubicaba en materia de dotación por encima del GR. La lista de equipamiento contemplaba detalles interesantes para la época y que luego se convirtieron en un símbolo de estos modelos como el tapizado de tela “Tweed”, levantavidrios eléctricos delanteros, radio AM/FM con pasacassette, dirección asistida, aire acondicionado y techo solar eléctrico (una diferencia con su hermano el 504, que disponía de techo pero con apertura manual).

Respecto al motor, es un 2 litros de cuatro cilindros con una potencia de 96 CV, alimentado por un carburador Solex. El impulsor está acoplado a una caja manual de cuatro marchas, mientras que la tracción es trasera, como en el 504, con el cual este modelo compartía plataforma y diversos componentes.

Más allá de eso, lo cierto es que el 505 tenía algunas diferencias mecánicas frente a su hermano menor. Entre ellas estaban el árbol de levas con diseño francés, el filtro de aire, el comando del embrague, la relación final del diferencial y también en los frenos, que adoptaban discos de mayor espesor.

Todo eso le permitió al Peugeot 505 posicionarse como un auto de prestigio y distinción, siendo una de las alternativas más deseadas de su franja. Con el paso de los años el auto recibió diferentes actualizaciones, más versiones, motorizaciones e incluso también una inédita carrocería rural, una tradición que Peugeot supo respetar en Europa hasta los tiempos que corren.