Nadie puede negar que en la década del 90 el Ford Falcon era uno de los modelos preferidos por los taxistas porteños, junto con otros clásicos del mercado como Peugeot 504 o Renault 12. Durante muchos años miles de unidades del icónico sedán de Ford fabricado en Pacheco prestaron sus servicios en la Ciudad de Buenos Aires, y recientemente conocimos el que aparentemente es el último Falcon taxi porteño de la historia.

Leandro Barrientos, de @automovilismodelrecuerdo, publicó en su página esta emotiva historia que te invitamos a leer en su cuenta. Se trata de una unidad de 1991, es decir el último año que se fabricó el Falcon en Argentina.

La historia cuenta que esta unidad GL con motor 3.0 “Max Econo” fue adquirida por Alberto Lucas en 1996 y llegó a recorrer más de medio millón de kilómetros a lo largo de casi diez años. Finalmente, en 2004 se realizó un evento para despedir al último Falcon que había prestado servicios como taxi.

Fueron 43 años ininterrumpidos en los cuales el modelo de Ford se convirtió en una herramienta de trabajo para muchos argentinos. Y para tener el reconocimiento que se merece, esta unidad que actualmente exhibe un estado de conservación digno de admirar lleva en su luneta la frase “Este es el último Ford Falcon Taxi que acaricia con nostalgia 43 años de historias compartidas en Buenos Aires”.

Cómo apareció el Ford Falcon 3.0

Desde su llegada al mercado a principios de la década del 60, el Ford Falcon ofreció una gran cantidad de opciones, incluyendo los modelos Futura, Deluxe y, más adelante, el Sprint, que se convirtió en un verdadero objeto de deseo para los amantes de los deportivos y la velocidad. También se sumaron más opciones de carrocería, como la rural y la pick-up Ranchero.

Pero mientras transitaba la recta final de su historia en el país, Ford se vio obligada a realizar un cambio mecánico que sería clave para solucionar uno de los aspectos más criticables del Falcon, sobre todo al final de su vida: el consumo de combustible.

Fue así como en 1990 apareció en la gama Falcon el llamado motor “Max Econo”, un seis cilindros en línea con 3 litros de cilindrada que gracias a una serie de modificaciones desarrollaba 106 CV de potencia, unos 22 CV plus con respecto al 3.0 que se ofrecía por aquel entonces. De esta forma, el renovado bloque reemplazó de a poco al conocido 3.6 y pasó a estar disponible en toda la gama.

El 3 litros se acoplaba a una caja de cuatro marchas, la misma que utilizaba el 3.6, y dentro de las novedades que anunciaba por aquel entonces Autolatina se encontraban un sistema de encendido electrónico, nuevos múltples de escape y admisión, pistones de baja fricción, carburador de doble boca con apertura diferenciada y un filtro de aire seco que podía porporcioar aire precalentado al carburador, lo que mejoraba el arranque en frío.

Según pruebas de la época, el consumo bajaba de manera considerable ya que pasaba de gastar unos 15 litros cada cien kilómetros a 12,3 circulando a 120 km/h. Por eso, este motor se volvió un gran aliado para los taxistas de la época, y ni hablar cuando apareció el GNC.

Así las cosas, gracias a su reputación de vehículo sólido y con una probada robustez estructural y de suspensiones, el Ford Falcon logró desempeñarse con soltura en diferentes ámbitos que le permitieron poner a prueba sus capacidades.