Esta semana el Gobierno Nacional confirmó que los importadores de autos no podrán acceder a dólares mediante el Banco Central para traer unidades al país desde el exterior. Vale aclarar que esto afectará principalmente a las automotrices importadas que no están radicadas en el país, y por lo tanto no pueden exportar para recibir dólares.

De acuerdo a una nota publicada en Infobae, la medida fue informada por los funcionarios de la Secretaría de Industria a los directivos de la Cámara de Importadores y Distribuidores Oficiales de Automotores (Cidoa).

Cabe destacar que previo a estas restricciones, las marcas importadas recibían dólares desde el Banco Central para de esa forma ingresar unidades al país. Sin embargo, ya desde el año pasado se vieron obligadas a pedir financiamiento en el exterior con las compañías proveedoras de automóviles, lo que redujo considerablemente el volumen de autos importados que entran a la Argentina.

“Esto va a ser así todo el año, mientras haya escasez de divisas. Hoy está bastante flexible la posibilidad de financiamiento en el exterior con una caja tasa de interés anual, del 3%. Se va a incrementar un poco el precio final del producto. Y siempre existe el riesgo argentino”, destacó en diálogo con Infobae Hugo Belcastro, presidente de Cidoa.

De esta forma, queda claro que en 2022 el mercado volverá a padecer la falta de autos si la demanda continúa creciendo. “Autos van a faltar. En el caso de algunas marcas se nota que les cuesta más ingresar vehículos. Estamos en una economía con escasez de oferta que va a seguir mientras no se logren acuerdos internacionales y sigan faltando divisas”, señaló Belcastro.

¿Por qué el cepo a las importaciones frena la producción nacional de autos?

Más allá de esto, las restricciones a las importaciones no solo afectan a las marcas importadas. Hace unos meses, nuestro director hacía hincapié en una nota sobre el desconocimiento del Gobierno argentino sobre la necesidad de contar con insumos importados en la industria automotriz, que son necesarios para la fabricación local de un vehículo. En varios casos, un auto fabricado en Argentina está compuesto por más de un 50% de materiales importados, que provienen de países como Brasil, México y también de Europa.