En los últimos días mucho se especuló sobre el desembarco de Fiat al recalentado segmento de pick ups medianas. No sería con un desarrollo propio, sino que aprovecharía la unión de Stellantis para ponerle su logo a la Peugeot Landtrek, que al mismo tiempo deriva de un modelo chino.

Pero antes de entrar en una ensalada de denominaciones y marcas, la realidad es que en el pasado Fiat incursionó en el mercado de “chatas” gracias a un acuerdo con una marca que tiene probada experiencia en ese ámbito: Mitsubishi. Así fue como en 2016 nacía la Fiat Fullback, que no era otra cosa que una L200 con el emblema de la marca italiana.

Entre 2016 y 2019 la automotriz de los diamantes fabricó en su planta de Tailandia este exponente que quizás muchos desconocían ya que nunca se ofreció en nuestro mercado oficialmente, aunque a veces aparece alguna unidad circulando.

Más allá de eso, su principal mercado era Europa, donde lógicamente Fiat goza de una imagen de marca más fuerte que Mitsubishi. La Fullback también se comercializó en países de Medio Oriente y África, donde debido a las condiciones geográficas las pick ups son vehículos ideales para circular por esos terrenos.

La Fiat Fullback estaba desarrollada sobre la Mitsubishi L200 de última generación, previo al rediseño que tuvo en 2018. Llevaba el conocido motor 2.4 turbodiésel que se ofrecía con dos niveles de potencia (150 y 180 CV), tanto en configuración 4×2 como 4×4 con reductora. Por el lado de la caja, podía utilizar una manual de seis velocidades o una automática de cinco.

En su versión cabina doble, como te podrás imaginar la Fullback tenía dimensiones prácticamente calcadas de su gemela nipona, con una longitud total que superaba los 4 metros, sumado a un ancho de 1,81 y una altura de 1,78. La distancia entre ejes de 3 metros garantizaba un correcto espacio para los ocupantes de las plazas traseras.

Como dato de color adicional, en el Viejo Continente la Fiat Fullback tuvo una versión especial llamada Cross, que buscaba llamar la atención desde lo estético con una serie de agregados en la carrocería como molduras, plásticos de color negro y una barra especial en la caja de carga, una estrategia que hoy, casi siete años después, casi todas las marcas están incorporando para sus respectivos modelos.

Claro que al final esta pick up no tuvo el éxito esperado en los mercados donde se comercializó y por eso cuando Mitsubishi comenzó los planes para el rediseño de la L200, la marca italiana decidió discontinuar la Fullback tras una corta trayectoria de apenas 3 años.

Las razones del fracaso quizás pueden encontrarse en la falta de experiencia previa en un segmento donde históricamente lideraron las japonesas, sumado a que en Europa las marcas oriundas de ese continente nunca lograron posicionar con éxito sus pick ups, y otro ejemplo de este suceso es la Amarok, que en el Viejo Mundo no tuvo el mismo impacto que en nuestra región.  ¿Hubiera tenido éxito en nuestro mercado la Fiat Fullback? Nos quedamos con las ganas de saberlo.