Cuando Peugeot presentó en el Salón de Frankfurt a la coupé del Peugeot 407, desató gran polémica entre los fanáticos de la marca. Vale recordar que en la creación de su antecesora, la exquisita 406, había participado el lápiz de Pininfarina, con lo cual la vara estaba bastante alta.
Un año después de su develación a nivel mundial, la Peugeot 407 coupé hizo su debut en nuestro mercado en una sola versión disponible, con un motor V6 y caja automática. La unidad que te mostramos en esta oportunidad está a la venta en Mercado Libre y tiene tan solo 34.000 kilómetros, algo para destacar en un vehículo con 13 años de antigüedad.
De acuerdo a la publicación, el auto está en una concesionaria de usados en Quilmes, y en la descripción aclara que es segundo dueño. Además, se entrega con todos los manuales, duplicado de llaves y hasta el auxilio sin rodar.
Estéticamente, si bien no tenía las líneas de su antecesora, la coupé del 407 adoptaba el lenguaje de diseño que Peugeot imponía en todos sus modelos de aquella época. Se destacaba la enorme entrada de aire, que había debutado con la berlina del 407 recibiendo cientos de elogios por parte de la prensa especializada.
Cuando se presentó en nuestro mercado en 2006, por supuesto que nuestro director fue el encargado de realizar la correspondiente prueba. Figueras bautizó a esta coupé como “light”, porque a diferencia de otros modelos más radicales, la 407 ofrecía un elevado nivel de confort, equipamiento completo y una correcta habitabilidad para cuatro personas, a pesar de resignar dos puertas.
El adjetivo “light” también se remitía al motor, ya que se trataba de un 3 litros V6 (similar al del 407 y los Citroën C5 y C6 de ese momento) que entregaba 215 CV de manera suave y progresiva, y se combinaba a una caja automática tradicional de seis marchas que, según palabras del ‘Colorado’, “sorprende por su agradable manejo en modo manual, porque no preserva el motor y permite hacer rebajes dentro de la gama de las 5.000 RPM”.
Si hablamos de prestaciones, la coupé del Peugeot 407 alcanzaba una máxima en el orden de los 231 km/h, mientras que para acelerar de cero a cien necesitaba poco más de 9 segundos. Ahí también quedaba plasmada su filosofía y a qué público estaba orientada.