Carlos Figueras: la historia del peor auto que manejó
En esta oportunidad nuestro director, luego de haber estado al volante de incontables autos, nos contaba sobre el peor que le tocó manejar.
Luego de recordar la anécdota de nuestro director que involucró a Michael Schumacher y el mejor auto que manejó en su vida, siguiendo con la temática traemos un editorial donde Carlos Figueras cuenta la historia del peor auto que manejó. ¿La habías leído alguna vez?
Carlos Figueras: «El peor auto que manejé»
A fines de 1993 el importador ofreció a road test un ZAZ Tavria 1102, auto de origen ucraniano con un diseño absolutamente convencional y sin gracia, de líneas angulosas y anticuadas. El motor ubicado en forma transversal era un cuatro cilindros con árbol a la cabeza que entrega modestos 53 caballos con un torque apenas superaba los 8 kgm a 3.500 vueltas.
Si bien esa prueba quedó en manos de Fernando Miranda, tuve la oportunidad de manejarlo unos cientos de kilómetros. La insonorización era prácticamente inexistente y carecía de aire acondicionado a pesar de ser la versión full. Los materiales eran de baja calidad, el instrumental de complicada lectura estaba amontonado en el tablero, la calefacción era de imposible dosificación y a los pocos kilómetros manifestaba ruidos de plásticos en la plancha y contrapuertas.
Las prestaciones eran muy pobres (con 53 CV no se podía pedir mucho) y el pedal de freno tenía un recorrido extra largo con tendencia al bloqueo prematuro y de dudosa eficacia. Para llegar a los 100 km/h necesitaba más de 20 segundos y los ucranianos declaraban una velocidad máxima de 140 km/h aunque nosotros nunca pudimos superar los 130 en cuarta.
La caja era de cinco marchas pero con diagrama muy particular: la quinta se ubicaba a la derecha de la cuarta en tanto la marcha atrás ocupaba el casillero de una quinta, para colmo el accionamiento de la selectora era impreciso y áspero. En cuanto al comportamiento dinámico, debido a un excesivo recorrido de la suspensión, manifestaba una notable inclinación de la carrocería en curva de todo tipo junto a un sistema de dirección lento e impreciso.
Su única virtud era el precio: menos de 10.000 dólares/pesos.
Una auténtica joyita.
Carlos F. Figueras
En abril de 1966 ingresó a Editorial Abril como integrante del equipo periodístico de Corsa, revista especializada en el automovilismo deportivo. Dieciocho años más tarde pasó a ser editor de la revista Parabrisas en su relanzamiento hasta que en 1990 se retira y se transforma en uno de los fundadores de la revista Auto Test. Falleció el 4 de mayo de 2022, dejando un legado imborrable en la industria automotriz.
Cumplió más de 50 años de actividad en el periodismo especializado a lo que suma una breve carrera deportiva al volante de distintas marcas en la categoría Turismo además de haber recorrido cientos de miles de kilómetros por caminos de Argentina.