Sin duda, en primer lugar figura el equipamiento de serie tanto de confort –es difícil encontrar faltantes– como de seguridad con sus diez airbags, incluido el de rodilla del acompañante y los cinturones de seguridad traseros inflables (en las plazas laterales). Además de lo convencional en un auto de esta franja y precio, el Mondeo cuenta con asistencia de mantenimiento de carril (que anuncia un desvio de trayectoria mediante vibraciones del volante, e incluso, si se lo permite, el sistema puede corregir la trayectoria para mantenerse en el carril), ayuda de estacionamiento, apertura de puertas inteligente y código personal de destrabe en el parante, sistema Advance Trak=ESP, detector de cansancio del conductor, cámara de estacionamiento trasera, encendido remoto por comando a distancia y freno de estacionamiento eléctrico.

Respecto de materiales y nivel de terminación, incentiva una percepción positiva de calidad aunque se ubica medio escalón por debajo de las unidades de origen europeo.

El instrumental merece párrafo aparte. El cuentarrevoluciones es de tamaño mínimo y se ubica a la izquierda del panel, el mismo sitio que ocupa uno de los displays del ordenador, pero al activar las distintas funciones el tacómetro desaparece de la vista del conductor, en tanto que por medio del sistema de barras digitales se informa de la temperatura de agua y nivel de combustible. En el modelo anterior todo se visualizaba mejor con un simple golpe de vista.

A pesar de lo que hacen suponer los neumáticos 235/45 sobre llantas de 18 pulgadas, el confort de marcha en calles adoquinadas es más que aceptable aunque se transmiten ciertas vibraciones al volante. La posición de manejo no ofrece argumentos para la crítica, y la butaca del conductor, de buena sujeción lateral y amplia gama de reglaje eléctrico, dispone de tres memorias, que incluyen los espejos externos. Lo mismo vale para la climatización de doble vía. El espacio de las plazas traseras es correcto para dos ocupantes, sólo un quinto en el sector central sufrirá incomodidades… algo común en casi todos los autos del segmento que cuentan con túnel (falso, en este caso) de transmisión y que disponen de versiones de tracción integral.

Una de las virtudes innatas del Mondeo es su comportamiento dinámico, característica en la que son responsables, en gran parte, la suspensión trasera multilink y un tren delantero eficiente, junto a un sistema de dirección con relación justa y de respuesta inmediata.

Para concluir, con todo lo referente al producto, el nuevo Mondeo mantiene las mismas virtudes que su antecesor pero agrega una frondosa dotación de confort y seguridad junto al ya mencionado agrado de conducción con suspensiones equilibradas y prestaciones casi deportivas.