La versión Black Style arrancó siendo una edición “de lanzamiento” con un lote de unidades reservadas, pero fue tal el éxito que Volkswagen la empezó a ofrecer como una variante posicionada por arriba de la Extreme. ¿Cuál es el diferencial estético de esta variante? Los detalles en negro brillante que discurren por toda la carrocería de esta pick up. Recordemos que la Amarok es uno de los modelos que más tratamiento “black” recibió a lo largo de su vida: Dark Label y Black Edition en 2014 y 2016, respectivamente.

Su nombre se refleja en diversos accesorios y en algunas piezas puntuales. El “estilo negro” aparece en la parrilla, en la zona de los antinieblas y en la barra deportiva y apliques en los espejos, estribos, protector de caja y paragolpes traseros. Pero el componente más interesante quizás sean las llantas, que son las mismas que la versión Extreme (“Talca” de 20 pulgadas) aunque la gran diferencia es que son negras (brillantes), que, dicho sea de paso, son la manera más fácil de distinguir esta variante.

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Y hablando de diferenciar a esta versión, los más puristas del V6 pueden sentirse defraudados con un aspecto puntual de esta Amarok. ¿Por qué? Posee el mismo logo V6 que la versión de 224 CV. Sí, merecía que este distintivo se luzca un poquito más, como los 258 CV disponibles bajo su capot.

Por lo demás, es la misma Amarok que ya viste en la calle y en nuestras pruebas. Un look que evolucionó un montón con ligeros retoques a lo largo de sus diez años de vida. Se la ve sólida y realmente nos gusta. ¿Puertas adentro? Casi lo mismo que te contamos de su exterior pasa cuando abrís las puertas: los detalles distintivos son algunas piezas en negro brillante y después es la misma “ve seis”, con una calidad promedio con lo que ofrece el segmento: plásticos rígidos pero una muy buena presentación.