Opinión: ¿Qué le pasó al segmento A?
Analizamos los últimos años del segmento de entrada.
La pregunta se me disparó en un semáforo. Al lado mio frenó un Up y me quedé mirando lo que para mi es/fue una gran solución de movilidad: el segmento de entrada, una franja del mercado que, a costa de plataformas antiguas y amortizadas y con un cuestionable equipamiento le permitió a muchos argentinos hacerse de su primer “cero”. En esta fórmula y para desarrollar esta nota también me permití meter a alguno de los exponentes del B bajados de prepo de categoría por la aparición de sus sucesores.
Pero, ¿qué pasó? lo que ya todos sabemos: la fiebre SUV y pick up, la rentabilidad en modelos de segmentos superiores y, más marcado aún, las dificultades para importar (¡de Brasil!) por cuestiones de divisas. Esa fue, más menos, la mezcla perfecta para que esa franja del mercado caiga en el ostracismo.
Números
Hagamos un recuento de los últimos años en torno a los patentamientos. Diez años atrás, en un mercado algo golpeado, el auto más elegido por los argentinos era el Volkswagen Gol, y entre la nómina también estaban los Chevrolet Classic y Celta, Renault Clio Mio, VW Up (debutó ese año) y Fiat 500 (un A “mentiroso” por su posicionamiento). Esto implicó un total de 100.916 autos en un mercado de 653.788 unidades es decir el 15 % siendo los comerciales livianos (que incluye pick ups) algo más de 127.000.
En 2016 llegó el Fiat Mobi. El modelo de alguna manera tomaba la posta del inmortal Fiat Uno y llegaba para avivar la gama baja a fuerza de volumen y respaldado también por el know-how de la marca italiana en ese segmento. Ese año el Gol repitió como el más vendido de los mencionados, que salvo por el Celta se mantuvieron a tiro. Con la incorporación del Mobi, que acumuló 3250 patentamientos el grupo de “los de entrada” totalizó 89.835 lo que representó un 13 %. Por su parte los comerciales livianos siguieron agrandando participación con un total de 156.000 patentamientos
Un año más tarde hubo otro jugador que “la vio” y se metió en la pelea: el Renault Kwid. Lanzado en 2017 en Argentina con una génesis india, el modelo tuvo gran aceptación entre los primeros clientes y con apenas un par de meses de ventas en 2017 terminó arriba de, por ejemplo, Captur. Obviamente que por el poco tiempo que participó el Kwid ese año no aportó significativamente a la causa A-B pero aun así el pelotón totalizó casi 97.000 autos sin contar al 100 % con Kwid y Clio Mio (que llegó un tiempito después). Independientemente de esto, los comerciales livianos en 2017 totalizaron 199.140 patentamientos dejando bien en claro el progresivo aumento de este segmento en los totales anuales.
Ese fue el último A que se presentó en el mercado argentino y a partir de ese año comenzó la migración de A y B a B+ como modelo de entrada. De todos los nombres que contabilizamos y mencionamos prácticamente no quedan sobrevivientes: el top 10 de marzo de 2023 solo muestra modelos B+ como Cronos, 208, Yaris y Polo que hace rato son moneda corriente en nuestro mercado entre otros B+ reconvertidos como Sandero, C3 y Onix, que aunque mantiene nombre es un auto completamente reformulado.
Y otra cosa que bien sabemos es que el avance de los comerciales livianos se consolidó. 2023 fue un año donde se vendieron 424.949 unidades (dejando afuera pesados) de las cuales 150.241 fueron comerciales livianos, es decir, el 35 % de los vehículos que se vendieron durante el año pasado fueron pick ups, con el agregado que tercer, cuarto y quinto lugar de los más vendidos del año lo ocuparon las medianas Toyota Hilux, Volkswagen Amarok y Ford Ranger totalizando entre las 3 casi 85.000 camionetas más de la mitad del total de comerciales livianos.
Conclusiones
Los números y las modas mandan y eso fue un cóctel letal para los segmentos A y B pero también para gran porcentaje de los primeros clientes que buscaban su primer cero. Voy a generalizar pero creo no equivocarme si digo que hoy en día el primer auto está lejísimo, con precios de lista que promedian los 20 millones de pesos. No menos de siete años atrás el mercado seguía apostando a modelos y a segmentos terrenales que generaban volumen pero que, evidentemente por coyuntura y otras yerbas terminaron no siendo rentables o populares dejando algo tirados a quienes buscaban llegar con mucho esfuerzo a su primer auto. En auto test me enseñaron a valorar la competencia y la pluralidad de modelos y creo que hace varios años que esto, por diversas cuestiones, se ve cercenado y es el síntoma de un mercado cautivo de sus limitaciones.
Periodista, egresado de DeporTEA en 2007. Ese mismo año ingresó a Motorpress Argentina para escribir en la web Auto Plus Digital y en 2009 pasó a escribir y probar autos para la edición impresa. Desde 2018 redacta y prueba para auto test web y papel y representa al medio en salones internacionales, eventos y lanzamientos de la industria automotriz a nivel nacional y regional.
Fanático del WRC, fue bastante ciclotímico con sus autos: primero tuvo un Suzuki Swift GTI, pasó por un Citroen Saxo, volvióa las siglas prometidas en un Seat Ibiza GTi y recaló en dos Peugeot 206 (uno francés y otro nacional) hasta que pudo cumplir el sueño de su vida de tener un Subaru Impreza turbo «azul con llantas doradas, como tiene que ser un Impreza».