Opinión: cómo debería ser la primera pick up eléctrica del mercado
¿Tiene sentido ofrecer una pick up eléctrica con equipamiento full?
Maxus irrumpió en el mercado de pick ups con varios exponentes pero uno en particular generó mucha repercusión por sus características. Se trata de la T90 EV, primera ‘chata’ 100 % eléctrica del país, con todo lo que eso implica.
Y lo hizo en una única configuración de tracción simple -trasera- con 174 caballos, 310 Nm de torque y un nivel de equipamiento similar al de las pick ups regionales con motor turbodiesel. De esta forma, el precio que anunció Maxus es de 72.000 dólares, valor claramente elevado sobre todo si lo comparamos con el de otras camionetas del mismo segmento.
Eso me hizo dudar sobre la configuración elegida por la flamante marca china para un producto totalmente nuevo y desconocido por el usuario promedio. Sabemos que el segmento de pick ups es uno de los más importantes y que posiblemente tenga los usuarios más exigentes, que buscan por sobre todas las cosas robustez y confiabilidad.
Creo que el usuario ideal de una pick up como la T90 es aquel que la utilizará como una herramienta de trabajo pero no para el campo sino para la ciudad. Algo parecido a lo que pasó con la Renault Kangoo ZE que llegó al país en 2018: estaba destinada a pequeñas y medianas empresas que necesitaban un móvil para moverse por la urbe y que tuvieran la posibilidad de recargar las baterías en los “tiempos muertos”.
Por la infraestructura que hay en cuanto a cargadores y demás, no tendría sentido vender una variante “de pasajeros” de Kangoo, al menos por ahora.
Y lo mismo va para esta pick up. Me parece innecesario ofrecerla con tapizados de cuero, asientos eléctricos, llantas de aleación o sensor de lluvia, todas cosas que una pick up mediana full debería tener pero que para mí -insisto con la primera persona- no tienen sentido en un vehículo como este, con un nivel de autonomía limitado.
No paro de preguntarme quién en su sano juicio eligiría una T90 eléctrica a 72.000 dólares en lugar de una Hilux, una Ranger o una Amarok con mecánica tradicional. Y eso que ni siquiera pongo en la ecuación la imagen de marca o la desconfianza que todavía hay (en algunos casos sin fundamentos) sobre los productos de la industria china.
Sin ir más lejos, una cosa es vender un Renault Kwid E-Tech (que se produce en China) que ofrece lo mínimo indispensable para moverse por la ciudad sin contaminar ni gastar combustible fósil, y otra una pick up como la T90 que encima viene equipada como cualquier otra rival con motor turbodiesel.
Si me preguntan a mí, quizás lo ideal hubiese sido ofrecer la misma configuración mecánica con 471 kilómetros de autonomía declarada en ciudad y los 174 CV que tiene la T90 EV, pero con menos equipo de confort y una presentación más básica en el diseño exterior, sin llantas de aleación ni cromados. Con todo eso tal vez se lograría un precio más accesible y, por ende, sería una compra más atractiva y de alguna manera racional (entre muchísimas comillas).
Está claro que con su nueva pick up eléctrica Maxus ofrece algo distinto a todo lo conocido y celebro que se la hayan jugado de esta forma, pero también hay que ver al usuario que quieren apuntar. Si es al típico consumidor de pick ups medianas “normales” no le veo muchas chances, sobre todo con ese precio. Pero puedo estar equivocado y, como siempre, la última palabra la tendrá el mercado.