Opinión: probamos el Renault Kwid eléctrico y te contamos si es una buena opción de compra
Siete días a bordo del auto eléctrico más barato de Argentina. Manejamos la nueva propuesta de Renault en su única variante disponible con una batería de 27 kWh y 65 CV de potencia.
El primer contacto que tuve con el Renault Kwid E-Tech hace casi dos años me había dejado gusto a poco. O me rectifico: fueron tan buenas las primeras sensaciones que tuve cuando lo manejé por Buenos Aires ya en ocasión de la prueba que me pasó algo que últimamente no me viene pasando: me senté a escribir esto que estás leyendo a la par de los días de prueba. Estas son y fueron mis sensaciones a bordo del auto eléctrico más accesible de Argentina.
Índice
Diseño
“Mi” Kwid tiene dos ganchos: primero el restyling, porque el recuerdo del modelo del segmento A que pululó el país es sin la renovación estética que sí adoptó en otros mercados. Y segundo el color -“Verde Líquen” para los amigos- que aunque no es chillón recibió elogios en los días que lo tuvimos. Además de los filosos LED se roban también el protagonismo las curvas de la trompa y los apliques laterales con detalles dorados que me gusta como combinan con el verde. Atrás le pone la firma el nombre del modelo (“E-Kwid” pese a que acá lo bautizaron “Kwid E-Tech”). Y un detalle que seguramente varios habrán notado: atrás quedaron los infames tres bulones; ahora son 4.
Equipamiento
A la hora del equipamiento de seguridad sumó dos airbags (siempre destacamos que el Kwid térmico llegaba hasta 4 bolsas) más ESP y por el lado del confort anotamos limitador de velocidad, aire acondicionado y algunas cositas más. Ah, se mantienen los comandos del levantavidrios en la consola, algo que denota su concepción low cost y que es bastante molesto sobre todo a la hora de accionar los traseros si viajamos con niños. La calidad, en el promedio del Mercosur/China con unas puertas que cuando se cierran denotan una calidad mejorable.
Cómo se comporta el Renault Kwid eléctrico
Queda hablar del comportamiento para un auto que no es brasileño como su antecesor pero que pese a su origen chino ni se despeinó en nuestros caminos ni por despeje (17 o 18 mm según diferentes cifras de Renault) ni por configuración de los resortes que, huelga decir, tiene barra atrás. No es un auto rutero, claro, y un viento cruzado va a obligar a ir corrigiendo.
Mención especial para el SAV que es un ruido hipnótico semimetálico que emite el Kwid cuando circula a menos de 30 km/h para alertar de su presencia a terceros.
Cómo es el funcionamiento en el día a día
El consumo de combustible es un punto neurálgico de la prueba aunque obviamente no hablamos de combustible. Mis sensaciones fueron que el Kwid gasta poco o por lo menos vas a recargarlo espaciadamente: en un día de mucho manejo urbano y extraurbano (básicamente un día de presencial en las oficinas de auto test), salí de casa con el Kwid en 100 % de batería y una autonomía de tablero de 249 kilómetros aproximadamente. Al final del día llegué con más kilómetros recorridos que lo que me quedaba de autonomía. Sí, ya sé que puede ser un poquito mentiroso pero nunca un eléctrico anduvo igual o más que lo proyectado. A eso le quiero sumar que anduve por rutas o avenidas a velocidad constante (el ámbito menos preferido de los eléctricos) y aun así registré esas cifras.
Hablando de números, los consumos eléctricos que obtuve fueron de 11,9 circulando a 100 km/h, 18,7 circulando a 130 (de tablero y casi al límite de su velocidad máxima) 18,7 y en el ciclo urbano, donde más eficiente es, promediamos los 10 kWh/100. Obviamente que siempre circulamos en modo ECO y por cuestiones estacionales prácticamente no prendimos la climatización. Y acá vale una aclaración porque una vez que apretamos ese botón (que celebramos que no se desactive cada vez que apagamos el auto) el motor literalmente se desinfla: se limita a 100 km/h y la potencia baja a 33 kW o 44 CV. Según Renault toda esta transformación redunda en una mejora del 10 % de eficiencia.
¿Cómo se carga el Kwid? Con una membresía que facilita Renault con una empresa que dispone de tótems públicos. Por eso quien se compre un Kwid E-Tech tendrá a disposición un cable Tipo 1 y acceso a esta red aunque quien lo desee podrá comprar el cable doméstico y cargarlo a +- 2kW durante los periodos que esté estacionado. Las alternativas son las petroleras, que de a poco van habilitando sus cargadores pero a un costo que, subjetivamente, me parece ridículo.
El Kwid E-Tech tiene un motor de 65 CV, es decir, uno menos que el térmico. La diferencia es que la entrega es diferente en el caso de los motores eléctricos por lo cual las sensaciones son mejores. Creo igual que quien pone los ojos en este auto no busca un purasangre pero sí va a tener respuestas de sobrepaso cuando lo exijamos pese a su baja potencia nominal. Insisto con lo de las sensaciones y la paridad porque obtuvimos un promedio (fue un día muy ventoso en el Gálvez) de cero a cien de idénticos 14,8 segundos para el cero a cien (misma cifra que el 1.0) y un kilómetro de más de 36 segundos.