Opinión: la misteriosa línea temporal de las pick ups modernas
Chau frontier, hola ¿nueva? Amarok y bienvenida nueva ¿Alaskan? Cómo está cambiando el panorama de la producción de pick ups en la región.
Menuda semana para la producción de las pick ups en Argentina. En menos de cuatro semanas se festejaron los 70 años de una planta que fabricará una nueva pick up pero al mismo tiempo dejará de producir -al menos- una de las dos que ya elabora y, hace apenas horas, en otra provincia, se confirmó la continuidad de un proyecto que dejó de ser global hace muy poco tiempo y que seguirá con un derrotero diferente al del resto de los continentes. Bien, ¿me seguís? Después de esta introducción cinematográfica paremos la pelota y vayamos caso por caso.
A mediados de marzo estuvimos por Córdoba para conmemorar junto a Renault un nuevo aniversario de la fábrica de Santa Isabel, que luego de una inyección de 600 millones de dólares en 2018, se erigió como un nuevo (otro mas) polo productivo de pick ups, ya que Nissan comenzó con la producción de Frontier y más tarde se le sumó la Renault Alaskan.
La movida de Renault fue justo en la calma -en este caso- previa a la tormenta ya que una vez concluidos los festejos y apagadas las velitas, con el grupo de periodistas y los flashes ya lejos de la zona isabelina, Nissan cazó el micrófono que todavía tenía rastros de glitter y aroma a champán y confirmó un rumor que se venía corriendo hace rato en la industria: la Frontier se dejará de producir a finales de 2025.
Me llamó poderosamente la atención que apenas pasaron tres años desde que en Iguazú y con uno de los mejores lanzamientos a la prensa en los últimos años Nissan pasara de la presentación de la Frontier renovada a anunciar su cancelación productiva (se importará). Esto toma mayor preponderancia porque las generaciones o model years o simplemente las etapas de cada pick up suelen ser largas y premeditadas, porque, supongo, no es lo mismo desarrollar un city car que un elefante capaz de llevar 1000 kilos de carga en sus espaldas.
Pero para hacerle justicia a los números y achicar todavía más la brecha, me voy a la Alaskan, que se presentó en 2020 y que, aun a falta de una confirmación oficial, se dejaría de producir luego de apenas 5 años en el mercado.
Esto me da el pie para la buena noticia que todavía está destilando humo salida del horno: la confirmación de otro rumor que venía dando vueltas respecto de la Amarok. A menos de ¡un año! de la presentación del restyling de la Volkswagen, la marca ya anunció que está trabajando en la nueva. Otro datito más: en 2022 habían anunciado la inversión de 250 millones de dólares para, entre otras cosas, refrescar esta primera generación de la pick up tras la salida turbulenta del proyecto Cyclone de las filiales regionales. Mi duda es: ¿sabían que el destino de la pick up sería este? ¿Salieron a apagar el incendio a ese costo sabiendo que una vez acomodados torcerían el camino una vez más? Quien sabe, no creo que esos timonazos sean en una baldosa pero me cuesta creer realmente cómo se tomaron estas decisiones que independientemente de lo que gravitan, se ejecutan tras muchísima meditación.
El último ejemplo es Chevrolet. A principios de año la última generación de la S10 (que data de 2012, como para entender cuánto duran las eras en las pick ups) sufrió un segundo y profundo restyling que la acomodó entre la competencia y que habla de cómo un producto con planificación se adecúa a los tiempos (va camino a los 15 años) pero al mismo tiempo deja en claro que eso no es garantía de nada, ya que por lo menos en Argentina el producto sufrió su calidad de importada y deambuló con más pena que gloria (lamentablemente porque es un producto excepecional). Dudo que a Chevrolet le haya costado más inversiones de las previstas. No lo se, lo aventuro.
Las pick ups son un segmento muy peculiar para la región, lo decimos siempre. Pasaron de un uso comercial a reemplazar a las SUV y de no tener ESP a frenar solas. Quizás, y a riesgo de contradecirme, esta catalización del segmento le permite hoy por hoy acelerar los procesos productivos y poder tomar decisiones sustanciales en pocos meses (a qué costo), lo que, para bien y para mal, estuvo sucediendo en tan poco tiempo, en este último tiempo en nuestra región.