Opinión: este es el mejor auto que Renault fabricó en el país
Renault fabricó 34 modelos en Argentina durante los últimos 70 años, pero este fue el mejor para quien suscribe. ¿Coincidís con la elección? ¿Cuál elegirías?
Desde el minuto cero que pensé el título de esta nota ya me imaginé la oleada de comentarios y puteadas. “Pendejo insolente”, “irrespetuoso” y otros tantos adjetivos calificativos posiblemente aparecerán acá abajo, pero antes quiero dejar algo claro: esta es una apreciación 100 % subjetiva y en base a mí experiencia y por supuesto habrá algunos que coincidirán conmigo, otros que más o menos y otros que directamente dirán que estoy equivocadísimo. Y todos serán aceptados, siempre y cuando sean con respeto.
Pero no me quiero ir por las ramas. Por estos días Renault está celebrando los 70 años de su fábrica de Santa Isabel ubicada en Córdoba, que describieron (con razón) como un “ícono de la industria nacional y corazón productivo de la marca en el país”.
Y eso me sirvió como pie para pensar cuál fue el mejor Renault fabricado en el país a lo largo de estas siete décadas de producción ininterrumpida. Claro, como es una opinión personal voy a tomar los modelos con los cuales tuve más contacto en mi infancia y por eso quedaron descartados los clásicos que hubiera elegido mi papá, por ejemplo.
Tengo que confesar que Renault no es de mis marcas preferidas. Pero cuando en la gacetilla la marca destaca que “forma parte del ADN cultural de Argentina” es cierto. Quién no tuvo o tiene un familiar que fue o es feliz propietario de un R12, R9, R4 o hasta de un espectacular Torino. La verdad, no se me ocurre una marca con más historia y presencia en la cotidianidad argentina que Renault.
Y acá ya me meto en las fibras personales que me incentivaron a escribir estas líneas. En 1994 mi abuelo compró un flamante Clio 0km francés (la versión full, venía con todos los chiches menos dirección hidráulica, ja) y ese fue uno de los mejores autos que tuvo, al menos que yo recuerde.
Con ese auto ibamos a pasear por las hermosas calles de Mar del Plata, me pasaban a buscar por el colegio, entre tantas otras “vivencias” como diría el señor Figueras. Es que aquel Clio blanco no fue solo de mi abuelo, porque luego de seis o siete años pasó a las manos de mi mamá, con lo cual estuvo en la familia un tiempo más. Compartí los primeros ocho o nueve años de mi vida con ese auto y eso para alguien fanático y enfermito como yo lo convierte en algo anecdótico.
Ya se que exactamente ese modelo no era nacional, pero llegó como anticipo de lo que sucedió en 1996, cuando CIADEA (representante de Renault en esa época) comenzó a producirlo en Santa Isabel. Aquel fue el inicio de la carrera de uno de los autos más exitosos y emblemáticos de la marca, que se fabricó en el país durante 20 años en dos generaciones. En ese período se produjeron 549.648 unidades.
El primer Clio nacional era un auto que cerraba por todos lados: estaba bien equipado, era atractivo estéticamente y gozaba de una probada robustez y confiabilidad. Su principal aspecto cuestionable tenía que ver con el motor 1.6 heredado del viejo R12.
La evolución del exponente del segmento B siguió con la segunda generación que llegó a fines de la década del 90, que fue claramente una época de máximo esplendor para los muchachos del rombo. El Clio II elevaba la vara del segmento al estar equipado con doble airbag en todas sus versiones, incluso la más accesible, algo que ninguno de sus rivales ofrecía.
Ya sé que el Clio no es uno de los autos más queridos por los argentinos (como el R12) ni que tampoco marcó una época para la historia de la industria nacional (como el Torino). Pero en mis libros es y será el mejor auto que fabricó Renault en estos 70 años de historia y es lo que intenté describir en estos párrafos. Espero que se haya entendido.