Es sabido que desde hace más de una década las normas de contaminación en Europa fueron limitando año tras año la emisión de gases contaminantes. Esto, en consecuencia, llevó a desarrollar los motores denominados “Downsizing”. ¿Qué significaba esta nueva denominación? Bajas cilindradas y menor cantidad de cilindros lo que también equivalía a menor peso para llegar a cumplir con las reglamentaciones vigentes. Muchas fueron las terminales que adoptaron esta tendencia. En mi caso particular antes de tomar contacto con el DS3 Crossback con motor de tres cilindros turboalimentado de 155 CV, tuve ocasión de evaluar el BMW Serie 1 con un propulsor de similar configuración.

Como no había probado esa versión del DS (marca de Citroën con intenciones de diferenciarse de la generalista) me ofrecieron la posibilidad de que diera mi opinión personal acerca, principalmente, del funcionamiento del motor de tres cilindros 1.2 de la familia PureTech. En realidad, lo primero que noté fue algo similar al del BMW: vibrador en ralentí.

Luego, una vez en marcha acoplado a la caja automática de ocho marchas no hay diferencias con uno similar de cuatro cilindros. En Europa son muchos los medios especializados que concuerdan en que si bien las emisiones son levemente inferiores los consumos no muestran diferencias con un cuatro cilindros. Pero para sacarme algunas dudas me contacté con Rodrigo Morán (actualmente radicado en Chile como Brand Manager de Citroën en Latinoamérica) para conocer una opinión calificada sobre el motor tres cilindros del DS3 turbo.

“Las razones de la adopción de este motor, como hicieron la mayoría de las terminales, fue bajar los índices de contaminación. Respecto al consumo si se lo compara con los cuatro cilindros que equipan los autos en el mercado argentino la diferencia es más notoria porque en general no son de última generación. Pero si hablamos plantas motrices europeas las diferencias se achican o casi no existen pero la ventaja está en que los índices de contaminación son menores. Respecto a la vibración en ralentí es algo en los que todos están trabajando pero no es un tema de fácil solución porque el ciclo de funcionamiento se descompensa mientras está regulando”.

Probablemente el ejemplo en la mesa de café que dio el amigo Hernán Charalompoulos (a) El Griego, resuma las causas de esa vibraciones: El perro tiene cuatro patas, si le cortás una renguea… con un motor pasa lo mismo”.

Respecto al resto de mis impresiones acerca del DS3 Crossback debo que reconocer que ofrece buenas prestaciones, suavidad de marcha debido a un par máximo a partir de las 1.750 rpm, con una caja de ocho marchas bien relacionadas y un andar confortable aunque el tren delantero tiende a manifestar un golpe seco al descolgarse la suspensión cuando se superan lomos de burro pronunciados.

El diseño exterior corre por cuenta de la apreciación cada uno, el interior –en mi unidad con tapizados color crema, poco recomendables para quienes tienen niños pequeños- aparecen las excentricidades de la marca con comandos poco identificados e integrados a una decoración “romboidal” en el centro de la plancha, elevacristales en la consola central y no en las puertas como correspondería. Personalmente, tampoco adhiero al “capitoné” simil cuero integrado a la derecha del panel de instrumentos, también de color crema.

El DS3 Crossback es simplemente un ejemplo de la filosofía que la marca impuso a sus modelos. Ni más ni menos.