El Fiat Uno fue durante varios años considerado como un “dinosaurio de la industria automotriz”. Esta descripción poco amigable hacía alusión a su trayectoria, ya que en Brasil se mantuvo en producción durante prácticamente 30 años, algo similar a lo que ocurrió con otros modelos como Ford Falcon o Peugeot 504.

En esta oportunidad, encontramos un verdadero “rara avisporque se trata de un Fiat Uno cero kilómetro que nunca fue rodado. Las imágenes aportadas por la cuenta de Instagram @fiatcoffe.arg no especifican el año de la unidad, pero intuimos por el interior que se trata de un ejemplar fabricado entre 1992 y 1994.

Como si fuera poco que el auto está en estado de exhibición, estamos ante una de las versiones más codiciadas del pequeño Fiat: la SCR. Estas tres letras hacían alusión a que se trataba del nivel de equipamiento más completo del Uno y habían aparecido a principios del 90 para reemplazar a la antigua denominación SCV.

Por eso, cuando vemos la dotación aparecen detalles interesantes (hay que tener en cuenta que era un modelo de segmento inferior en la década del 90, con todo lo que eso implica), como por ejemplo los levantavidrios eléctricos delanteros, cierre centralizado, aire acondicionado, faros antiniebla y radio AM/FM con pasacassette.

El Fiat Uno SCR también se distinguía por el motor, un 1.6 naftero de cuatro cilindros alimentado por carburador que entregaba elogiables 90 CV (el auto pesaba en aquel entonces menos de 900 kilos) y se acoplaba a una caja manual de cinco velocidades. El funcionamiento y rendimiento de este impulsor era uno de los puntos más destacados del Fiat Uno.

Los fanáticos de Fiat y del modelo en particular recuerdan esta época del Uno (principios del 90) como la mejor de su historia, ya que unos años más tarde con la aparición del Palio, el auto comenzaría una etapa de “abaratamiento” para posicionarse como una alternativa accesible para quienes buscaban acceder a su primer cero kilómetro.

Y cuando parecía que la vida del Fiat Uno llegaba a su fin, en 2004, 20 años después de la aparición de la primera serie, se lanzó en Brasil un profundo rediseño que lo emparentaba con sus hermanos mayores. Con un motor mucho más moderno que en sus inicios, el Uno fue durante ese tiempo el encargado de movilizar a la clase popular sudamericana, compitiendo en un recalentado segmento donde jugaban exponentes conocidos en sus versiones más básicas.