En 2016, el 3008 reformuló el significado de SUV/Crossover para el Grupo PSA. Fue el primero de su especie en surgir de la EMP2, la novel plataforma modular (de ahí la “M” del acrónimo) que ya lleva más de 10 modelos bajo su ala.

Un año antes, DS se establecía como marca “independiente” del Grupo. Le tomó apenas unos meses para, en el Salón de Ginebra de 2017, presentar su primera interpretación del segmento.

Tres años de convivencia después, en auto test nos propusimos analizar cada uno en detalle y ver qué pueden ofrecerle a un cliente especial, en un segmento que todos vaticinan que seguirá en franco crecimiento. Decidimos tomar las versiones más atractivas de ambos modelos y contarte qué tienen para ofrecerte el Peugeot 3008 GT Line turbonafta y el DS 7 Crossback turbodiésel.

Diseño y dimensiones

Estamos ante uno de los vehículos más rupturistas y bonitos del segmento y uno de los más distintivos y refinados. Ambas, desde ya, opiniones subjetivas y debatibles. El 3008 (4,45 metros de largo) no se parece a nada conocido o establecido y fue el que dio los primeros pasos del Sharp Design que viste recientemente en el 2008. El “7” (4,57) impacta por un frontal imponente pero también genera miradas porque justamente es el primero de este tipo y le falta tiempo para convertirse en una silueta reconocible. Tanto a lo ancho como a lo alto están prácticamente empatados.

Adentro, el 3008 apela a una temática rupturista, con materiales poco tradicionales que le confieren una gran presentación. DS va por el lado del “lujo”, pero nosotros preferimos catalogarlo como barroco ya que abundan los cromados y los “diamantes”.

Donde sí hay contrastes –nominales y empíricos– es en las plazas traseras. Los cinco centímetros a favor del DS hacen la diferencia (aunque también la caída del techo es más pronunciada que en 3008), incrementando el espacio disponible para los pasajeros de ese sector, especialmente el de piernas (ambos tienen respaldos cavados), además de la posibilidad de reclinar eléctricamente los respaldos, que es un plus.

Ambos carecen de túnel de transmisión, con lo cual quienes viajen en la butaca central tendrán un espacio digno de piernas (pero un respaldo menos anatómico) gracias al piso plano. En ese sector aparecen las salidas para las plazas traseras y diferentes soluciones para cargar dispositivos: DS opta por un par de tomas USB y 3008 por una de 12 V. Ambos cuentan con tres cinturones inerciales y mismo número de apoyacabezas.

Tras los respaldos nos encontramos con el espacio para llevar los bártulos. En DS7 la apertura del baúl es eléctrica e incorpora la errática opción de hacerlo con el pie. Pero esto queda en segundo plano cuando lo contrastamos con la apertura manual de 3008. Aun así, los números determinan que el 3008 carga algo más, con 591 litros contra los 555 del 7.

¿Auxilio? Temporal en ambas, pero mejor presentado en el Peugeot.

Equipamiento y confort

El contexto es el segmento mediano de SUV, con lo cual estamos ante modelos y versiones que no te dejan a pata a la hora de hablar de la dotación. Pero vamos a diseccionar la lista de equipamiento, que estamos ante dos pesos pesados de fichas técnicas.

En materia de seguridad, los dos ofrecen lo esperable: seis airbags, controles de tracción y estabilidad y fijaciones Isofix. Cuando llegó, el 3008 elevó fuerte la vara con el paquete ADAS. DS lo empardó con el Connected Pilot. Ambos llevan en sus entrañas freno automático de emergencia (hasta los 140 km/h), alerta de ángulo ciego, velocidad crucero adaptativo y aviso/corrección de cambio de carril involuntario.

En confort comparten sensores y cámara de estacionamiento, acceso y arranque por botón, freno de estacionamiento eléctrico, espejo fotocromático, techo solar, faros LED y climatizador bizona. El 3008 le suma carga inalámbrica, perfumador y butacas calefaccionadas con masajeador (esto está disponible en Grand Chic, el tope de gama del 7 Crossback) y el DS, las mencionadas ayudas eléctricas: apertura de portón eléctrica y reclinación de butacas traseras.

Hablemos de la posición de manejo. Ambos cuentan con doble regulación de volante y butacones muy cómodos, a nuestro gusto, con un diseño casi casi de alta costura. El 3008 saca un cuerpo de ventaja con calefacción y su sistema de masajes, una evolución respecto del que equipaban otros autos de PSA, “pero” es un exponente del iCockpit, una manera de comandar el vehículo, boca de urna mediante, a la que el cliente sigue sin acostumbrarse.

El 7, en contrapartida, apela a una más tradicional aunque, por ejemplo, los levantavidrios están inexplicable e incómodamente ubicados en la zona central de la consola.