Al igual que ocurre en el exterior, los detalles en rojo se hacen ver en las costuras de las butacas y volante tapizados en cuero, mientras que el negro predomina en todo el habitáculo. Aquí, el conductor encontrará una plancha renovada, pero que mantiene la esencia del modelo tailandés con plásticosrígidos de correcta terminación. Un diseño que no desentona, pero sin grandes innovaciones.

El instrumentales nuevo y, si bien posee un diseño básico, sus cuadrantes son legibles y la información y configuración del vehículo se detallan en una completísima central de a bordo con display a color de 4,2 En el centro, una pantalla táctil de 7” permite espejar los Smartphones, aunque esta acción no es nada sencilla, ya que es necesario descargar una aplicación específica para este equipo multimedia.

Por sus medidas, la habitabilidad es uno de sus puntos fuertes, sobre todo en las plazas traseras, donde los ocupantes encontrarán un amplio espacio para las piernas, un cojín mullido y confortable, y un respaldo ligeramente inclinado.Sin embargo, la altura respecto del techo le jugará en contra a los de talla alta.

Su lugar es la ciudad, en donde gracias a la combinación de la elasticidad del motor, la dirección y la puesta a punto de la suspensión se muestra ágil para encarar cualquier tipo de circuito urbano y solamente el tren trasero, dotado de un esquema de barra de torsión redimensionada (este chasis es posible que sirva para un futuro SUV compacto…) puede transmitir cierta sequedad. Esto hace que en ruta se defienda con una tenida direccional decente y se apoye bien en curvas pronunciadas. Buena nota para la inclusión de los siete airbags (solo dos en el tailandés), controles de tracción y estabilidad, y el asistente en pendientes, ítems que no ofrecía su variante extrazona.

A la hora de frenar, el conjunto discoventilado/tambor mostró mediciones acrecentadas en comparación al modelo anterior, sobre todo en las pruebas de 100 a 0 km/h, con más de tres metros de distancia (39,4 vs. 42,8).