Adentro todo es muy similar arquitectónicamente (calidad correcta sin plásticos blandos, pero buena factura) a SpaceTourer, aunque aquí las cosas empiezan a cambiar rotundamente. Lo primero que se destaca es el par de cristales que ofician de techo cielo y que le aportan muchísima iluminación al habitáculo, pero pueden ser un arma de doble filo si no cerramos la cortina (no bloquea 100%) ya que las temperaturas adentro pueden ser intensas en verano.

[sg_popup id=»12540″ event=»click»]¿Te interesa COMPRAR una Traveller? Obtené la cotización Auto Test dejando tus datos AQUÍ[/sg_popup]

[sg_popup id=»12540″ event=»click»]¿Te interesa COMPRAR una Traveller? Obtené la cotización Auto Test dejando tus datos AQUÍ[/sg_popup]

El puesto de mando también presenta novedades. Hacen su aparición los tapizados de cuero en las 8 plazas y la función de masajes, calefacción y regulación eléctrica para las dos delanteras. El resto se mantiene, con una buena cantidad de porta objetos (74 litros en total) pero de cuestionable funcionalidad: los de las puertas son extremadamente profusos y otros son poco profundos. A veces los grises vienen bien.

Con 3,28 metros entre ejes, la Traveller no sólo comparte la plataforma EMP2 sino hasta línea de producción con SpaceTourer y la (Toyota) ProAce Verso. El espacio es bueno y aunque todo ya fue explicado en la prueba de la Citroën hacemos un pequeñísimo chequeo: buen espacio a lo alto y a lo ancho, climatización para la segunda y tercera fila y total maleabilidad para cada butaca, que se puede rebatir o incluso extraer, una tarea que recomendamos hacer, mínimo, de a dos.

Eso significa que vamos a poder adaptar el habitáculo a nuestro piacere, ya sea que necesitemos más espacio de carga (507, 2.228 y 3.968 litros) o simplemente los miembros de la banda deseen algo más de espacio durante el periplo.

Claro que un pseudo buque del asfalto como éste no es una gran solución para todos los días, pero si es su realidad encontrará en el traveller un vehículo correcto para el trajín metropolitano, aunque deberá tener cuidado con los pozos, que repercutirán demasiado en el habitáculo máxime cuando lo atraviesa el eje trasero. Además de esta configuración algo áspera de la suspensión, su largo entre ejes obliga a tener un cuidado extra. Los voladizos, cortos, no revisten mayores inconvenientes en bocacalles o cunetas pronunciadas y tampoco van a sufrir los paragolpes, ya que cuenta con sensores en proa y popa y a eso le suma el Visiopark, con diferentes modos de cámara que harán la tarea de estacionamiento más expeditiva siempre y cuando, claro, encontremos un espacio libre de semejante tamaño.

[sg_popup id=»12540″ event=»click»]¿Te interesa COMPRAR una Traveller? Obtené la cotización Auto Test dejando tus datos AQUÍ[/sg_popup]

Lanzado en velocidad puede sufrir los embates de viento laterales o manifestar un rolido lógico teniendo en cuenta sus casi 2 metros que hacen que su centro de gravedad esté algo más elevado que el de una berlina tradicional y más con la cantidad de masa lateral que ofrece una resistencia aerodinámica mayor.

El encargado de movilizar la mole de casi dos toneladas es un 2.0 HDi de 150 CV asociado a una caja automática tradicional con opción secuencial de seis marchas, combinación que ya hemos manejado en SpaceTourer.

Se trata de un impulsor brioso que siempre tiene par para dar cuando la turbina entra en acción, alrededor de las 2.000 rpm. La caja, por su parte, genera más comentarios por su curioso selector que por su funcionamiento, que es más que aceptable. A saber: su uso no es algo antinatural o complicado, pero preferimos la “palanca” tradicional o al volante como en la familia C4 Picasso, por ejemplo.

Las pruebas arrojaron cifras lógicas, pero donde saca a relucir su chapa es en los consumos donde, combinado con el tanque de 60 litros, brinda autonomías muy buenas tanto en ciudad como en ruta. Y si de cifras hablamos también es menester destacar la labor de los frenos, que con 37,2 metros se ubica en la zona verde de auto test para la prueba de 100 a 0. En pocas palabras: es un vehículo apto para el día a día, aunque eso no significa que sea práctico en términos de maniobrabilidad.