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Peugeot 308 1.6 Allure: virtudes y defectos de una de sus versiones menos equipadas

Te contamos cómo andaba el Peugeot 308 de primera generación en una de sus versiones más accesibles.

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Rescatamos de nuestro archivo una prueba del Peugeot 308 de primera generación, modelo que desapareció del catálogo de la marca hace no mucho (en 2021) tras un período de casi diez años de comercialización ininterrumpida.

En este caso se trata de la versión Allure con motor 1.6, que en aquel momento llegaba para posicionarse como una de las opciones más racionales y accesibles del modelo, a costa de resignar potencia y equipamiento frente a la versión tope de gama llamada en ese momento Feline.

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A nivel estético casi no hay diferencias ni con el 308 europeo ni con el naftero más potente. Los paragolpes, las manijas y los espejos de este 1.6 Allure son de color carrocería, y estos últimos incluyen luz de giro. La diferencia más importante pasa por las llantas, de 16 pulgadas y diez rayos en este caso, y por la ausencia de faros diurnos con LED. El resto del exterior es igual.

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Pero adentro tampoco hay modificaciones para el susto. Lo primero que salta a la vista son los tapizados textiles en lugar del cuero. Dejando de lado la “distinción” del cuero, los de tela son menos calurosos y sujetan mejor el cuerpo. De todas formas, de esto último también se encarga bien la butaca, que es cómoda y ergonómica. Además, se mueve en altura, que junto con el volante de doble regulación cierra una buena postura al volante.

Diferencia número dos: en vez de climatizador posee tres rueditas plásticas del aire acondicionado. No tienen la mejor calidad al tacto, pero hay que reconocer que en la ecuación general la calidad de los materiales es muy buena, sobre todo por la plancha con materiales soft y el volante forrado en cuero.

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El nivel de equipamiento es completo. La mayor singularidad pasa por el “Techo Cielo”, un cristal de 4,86 m2 que abarca hasta las plazas traseras y lo diferencia de la competencia. La cortina textil que lo cubre se acciona eléctricamente desde una tecla ubicada entre los asientos (con one touch). Eso sí, en un día de mucho calor como nos tocó (38 grados), el aire acondicionado casi no da abasto.

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Es de serie el pack eléctrico (cuatro comandos one touch), ordenador de a bordo, Bluetooth, entrada USB, encendido automático de luces y sensor de lluvia. Nuestra unidad contaba con el opcional de la pantalla de 7 pulgadas con navegador satelital (GPS), donde además se visualizan las opciones de audio. Lo más práctico es que se puede reclinar para evitar reflejos molestos, o plegar completamente.

En seguridad cuenta con el ABS ya mencionado, doble airbag, faros antiniebla delanteros y traseros, y tres apoyacabezas traseros que copian el respaldo para no interferir en la visión. Le faltan los ganchos Isofix, mientras que la gran diferencia con los Feline (versión no disponible con motor 1.6) es la ausencia de control de estabilidad.

Su motor es un cuatro cilindros en línea de 1.587 cm3 y 16 válvulas que entrega 115 CV, es decir, cinco más que antes, cuando acompañaba la oferta del 307. Entre otras modificaciones, la compresión pasó de 10:1 a 11:1, hay una nueva configuración del árbol de levas con apertura variable para las válvulas de admisión, y se rediseñaron las bielas, los conductos de admisión y de escape, y los inyectores.

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Es un propulsor que en la práctica vibra poco y está muy bien insonorizado, tanto que incluso a velocidades de autopista, situación en la que va “enroscado”, la rumorosidad en el habitáculo es mínima. Su funcionamiento es suave y muy progresivo, no “explota” en ningún momento, sino que su entrega es pareja en todo el arco de revoluciones.

Prestaciones del Peugeot 308 1.6

Hace un año y medio manejamos un 307 con motor 1.6, y este 308 se siente más ágil en el manejo urbano cuando se trata de “salir de abajo”, tras pasar una cuneta por ejemplo. Incluso se puede doblar en esquinas en tercera sin sufrir tironeos, gracias a la buena entrega de los 15,8 kgm de torque máximo. El consumo es contenido, con menos de diez litros cada cien kilómetros en ciudad.

En las pruebas de performance, no registró grandes cambios en relación con su antecesor: acelera de 0 a 100 km/h en 12,7 segundos (cinco décimas más) y recupera de 80 a 120 km/h (en 4ª) en 12,4 segundos, cifras modestas, dirigidas a un comprador que no hace de ellas una prioridad. La máxima aumentó en 7 km/h, con 185 km/h reales.

Consumos: cuánto gasta el Peugeot 308 1.6

La transmisión manual de cinco marchas está pensada para obtener la mayor reacción, lo que hace que el motor gire a elevado régimen. Viajando a 130 km/h reales va a 3.900 rpm y el consumo es de 8,4 litros cada 100, un muy buen valor que desciende hasta 6,5 litros si disminuimos a 100 km/h. El selector, al igual que en otros 308, es de recorridos algo extensos pero preciso.

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Para cerrar el rubro performance, mejoró el poder frenante respecto del 307 que manejamos en agosto de 2010. Si aquél había frenado de 100 a 0 km/h en 44 metros,  este 308 lo hizo en 41, gracias a los cuatro discos (delanteros ventilados) con ABS, el repartidor de presión y la ayuda al frenado de emergencia.

Otro cambio a tener en cuenta pasa por el rodado, que es 205/55 sobre llantas de 16 pulgadas (el 2.0 viene con 225/45 R17). La diferencia es sensible, ya que filtra mucho más las irregularidades en la ciudad y se lleva mejor con caminos de tierra, ripio o en mal estado. En ruta pierde algunos puntos en comportamiento dinámico, pero ese rubro es una de las virtudes del modelo, y sigue siéndolo en este 1.6 que calza Michelin de fábrica.

Como ya es sabido, el 308 comparte plataforma y numerosos elementos con el 408 y sale de la planta de El Palomar, provincia de Buenos Aires, donde también se fabrican las versiones con motor naftero 2.0 de 143 CV y diésel 1.6 HDI de 115 CV. El objetivo del modelo es claro: ser el líder en ventas entre los medianos bicuerpos, un título que el 307 supo ostentar durante largo tiempo.

El 308 1.6 comparte con estas otras versiones el resto de sus características, que ya fueron vertidas en el doble test correspondiente, pero vale recordar algunas. Atrás hay más espacio que en el 307 –fundamentalmente a lo ancho–, pero para adultos de altura promedio, a lo largo y alto sigue siendo justo.

Sí es más que generoso el baúl de 430 litros, que además bajo el piso oculta la rueda de auxilio de medida original y llanta de chapa. Bien por el asiento trasero plegable 1/3-2/3, aunque para dejar el piso plano hay que adelantar mucho las butacas delanteras.