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Opinión: ¿podrá el nuevo Citroën C3 Aircross ganar protagonismo en el segmento B?

Citroën vuelve al segmento B SUV con una “camioneta” hecha y derecha que, encima, ofrece soluciones de movilidad extra. Pero, ¿le alcanzará con eso?

Hay un nuevo C3 Aircross entre nosotros. O bueno, por lo menos habrá, porque antes de fin de año los clientes regionales podrán volver a tener entre las opciones de compra un Citroën en el segmento B SUV. Ok, sí, seguro ya estás pensando en el C4 Cactus que, tanto a él como a su primo Peugeot 2008 siempre se los ubicó un peldaño por debajo de los “SUV” del segmento, sin ánimos de desprestigiarlo ni mucho menos sino sacándolos de esta moda de ponerle SUV a todo lo que tenga cuatro ruedas.

Citroen C3 Aircross opinion

Volvamos al C3 Aircross. Siempre vi a la última generación como una gran opción para quien buscaba un vehículo de tintes familiares y que, de yapa, siempre se plegó a lo que se ofrecía en Europa, un plus que el cliente regional siempre valora. Incluso unos años después del lanzamiento de la última, que se ofrecía en versiones Picasso (civil) y Aircross (de fajina), Citroën reacomodó la gama y ofrecía a sus clientes la posibilidad de llevarla con o sin la rueda colgando, algo sustancial del segmento y toda una declaración por parte de la marca.

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Después de enfocarse en el C3 como caballito de batalla, de volumen y como punta de lanza, la marca pateó el tablero en todo concepto: se abrió nuevamente de Europa (previsible teniendo en cuenta la experiencia C3), apunto todos los cañones a un SUV íntegro (insisto con el concepto C4 Cactus) y encima le metió siete asientos, una solución de movilidad en la que el mercado y/o los potenciales clientes hoy no pueden apoyarse demasiado.

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Charlando con algunos directivos en el lanzamiento de esta suerte de anticipo (qué raro suena todo, ¿no?), me decían que ahí apunta este Aircross: a quien está esperando su tercer hijo (o algo así) y sabe que su horizonte son SUV del segmento mediano, con todo lo que implica eso en cuanto a valores y disponibilidad dado que todo viene “de afuera”. Es cierto, este C3 Aircross viene “de acá nomás”, pero creo que pensar solo en eso es quedarse corto. Tampoco me parece que Citroën mandó a dos pesos pesados como India y Brasil a desarrollar un vehículo pensando en clientes casi de nicho (por algo el mercado le soltó la mano a los siete asientos). Creo que el valor agregado de este C3 es que está pensado para la región y que es un SUV (como concepto, no me corran con nimiedades etimológicas) hecho y derecho, con cotas respetables y una silueta que destila robustez. Y esto lo escribo con un C3 Aircross rojo bitono enfrente mío mientras decenas de colegas se tiran encima para documentarlo, cosa que haremos en breve para auto test y que creo que también es un termómetro de la expectativa de los medios.

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Citroen C3 Aircross Cola

Hay algo más que seguro pensaste y que también debatimos con colegas y directivos. ¿Y el C4 Cactus? Yo creo que va a sacarle pocas ventas -pero le sacará- y que de alguna manera se van a solapar, algo que seguro saben en Citroën y que afinando el lápiz podrán solucionar o mitigar. Y encima hay que esperar el próximo y último lanzamiento de este Proyecto C-Cubed, que no sabemos bien dónde se ubicará.

Por lo pronto creo que, como sucedió con C3, un vehículo bien posicionado y que está teniendo un interesante andar, este hermano mayor puede complementar toda la gama de “entrada” de Citroën algo que, desde el C3 anterior tenía bastante abandonado. ¿Será este el despegue? El producto, a priori por lo que vimos en San Pablo, tiene con qué.