Opinión: la licencia de conducir vitalicia es un enorme error

El proyecto de ley para hacer vitalicia la licencia de conducir es lisa y llanamente una potencial desgracia para la historia de la seguridad vial en Argentina. Es despojar de regulación uno de los mayores poderes y responsabilidades que tenemos los ciudadanos en nuestro país. Si estás un poco desorientado te la hago simple: el Gobierno busca impulsar una licencia de conducir vitalicia que podés renovar simplemente presentando un certificado médico cada cinco años hasta los 75 años. Todo, en teoría sin costo.

En los papeles y exclusivamente a fines burocráticos, la decisión creo que tiene lógica y es acertada: considero que toda medida que elimine trámites, se digitalice y simplifique las cosas siempre es positivo como, por ejemplo, los cambios que atañen a los registros de la propiedad automotor, uno de los procesos más exasperantes, arcaicos e inútiles que rodean la compraventa de un vehículo.

Pero volvamos a la licencia de conducir. Todavía recuerdo lo que me preparé a mis 17 años para ir a rendir y poder ponerme al volante del auto que cualquier inconsciente le prestara por un rato a ese Guido adolescente que flasheaba con hacer sus primeras armas -kilómetros- sobre cuatro ruedas. Sin ir más lejos, hace algunos meses tuve que ampliar mi licencia a las dos ruedas y tuve que hacer algunos de los cursos obligatorios que dicta mi jurisdicción y, debo reconocer, aprendí y aprendí cosas que nunca está de más saber y/o refrescar. Es más, el día de las evaluaciones vi gente bochada en el teórico y en el práctico con desempeños realmente preocupantes.

Todo eso y más se perdería con esta nueva medida. Y siempre hablando con todo en regla y con certificados psicofísicos “reales” porque cualquiera hoy en día puede editar un PDF o conseguir alguien que lo haga. Y hablando de conseguir seguro conoces a alguien que sacó o que puede sacar por izquierda la licencia, pero ese es otro tema.

Pero lo más grave de todo esto es que quien no esté capacitado para manejar salga a la calle como si nada. Ya sea por una cuestión física, psicológica o que simplemente maneje como el traste, tiene que haber alguien como existe hoy, que tenga la autoridad suficiente para dejar o no que ese argentino salga a la calle. Y aun así, con las regulaciones y los veedores correspondientes en Argentina se maneja pésimo, con un desprecio total por las leyes y por el prójimo.

Solamente para hacer un chequeo cuantitativo y cuantitativo de cómo manejamos, en 2023 en Argentina hubo 3642 siniestros fatales con 4369 víctimas. Es decir, diez siniestros fatales por día con 12 argentinos que perdieron la vida a diario. Que haya uno solo ya es una tragedia pero la buena noticia es que la media de víctimas de los últimos años viene bajando ligeramente desde la pandemia.

Insisto, estoy a favor de que se terminen los curros y la burocracia y que se mejoren procesos, pero creo que sacar la renovación como está hoy (y tomo como referencia CABA) puede ser realmente grave para en una multitud de aspectos.