Nunca hay banderillero oficial, pero siempre hay alguien dispuesto a levantar y bajar la mano. Ahí es cuando pick ups, UTVs, cuatriciclos, motos o lo que haya presente arrancan una picada. Esta peligrosa costumbre se lleva a cabo por diversión hace ya varios años.

Los accidentes en La Frontera de Pinamar y en las playas de Cariló/Gessel suceden todos los veranos. En muchos casos,  se llevan vidas por este tipo de acciones irresponsables. Especialmente el peligro crece exponencialmente si se realizan con vehículos de este tipo. Un centro de gravedad alto genera una mayor inestabilidad y la tracción no es de las mejores.

La superficie de estos terrenos no suele ser completamente firme, por lo cual un mínimo desnivel puede generar que el vehículo pierda adherencia y se termine desviando. Además, muchos usuarios suelen desconectar el control de tracción para lograr un mejor arranque. Si bien la mayoría de las pick ups no te permiten desconectar en un 100% el ESP,  esto empeora drásticamente el panorama en caso de perder el control del vehículo.

“Las picadas son difíciles de controlar, tienen autos más rápidos que el Estado y podés entrar en una persecución que resulte aún más peligrosa”, le comentó Martín Yeza a Clarín, intendente de Pinamar desde el 2015. “Se trata de tierras privadas de la empresa Pinamar SA y lo que hace cualquier adulto en tierra privada corre bajo su responsabilidad”.