El producto de Kia sorprendió, en primer lugar, por su nuevo look: hubo unanimidad en que es de los más bonitos productos de sus nuevas líneas y el tratamiento deportivo GT-Line. Pero el MasterTest es más que diseño. Bajo el capot se mantiene el 2.0 de 152 CV cadenero que no es contundente pero sí progresivo, pese a tratarse de un aspirado. El eje trasero está comandado por una barra de torsión que le confiere, en los papeles, cifras esperables.

En el slalom, destacada respuesta de la dirección y del chasis, que jamás perdió la trazada debido a que los sistemas de asistencia son poco permisivos en maniobras exigidas y, al igual que en el Kona en el MT anterior, fueron en detrimento de la performance (en el día a día se agradece que funcionen de esta manera). En el “alce” entraron en juego la suspensión rígida y un chasis que aguanta sin problemas, pero lamentamos que por una cuestión de costos Kia no lo ofrezca con el 1.6 GDI Turbo de 177 caballos y caja de doble embrague.

Donde quedó algo en offside fue en la prueba de aceleración/frenado: obtuvo registros mejorables que no lo dejaron muy bien parado. 

Puntaje pruebas dinámicas y análisis estático

  • Prueba de Slalom: Tiempo: 13,9 segundos.

  • Prueba del Alce: Velocidad: 69 km/h.

  • 0-100-0 km/h con carga (+280 kg): 262,1 metros/16,0 segundos.

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  • 0-100-0 km/h: 240,2 metros/14,6 segundos.

Suma pruebas dinámicas: 85 puntos

Análisis estático

  • Motor: 8,5/10.
  • Transmisión: 8,5/10.
  • Comp. Dinámico: 9/10.
  • Confort de marcha: 9/10.
  • Prestaciones: 8,5/10.
  • Consumo/Autonomía: 9/10.
  • Dirección: 8,5/10.
  • Equip. de seguridad: 7,5/10.
  • Equip. de confort: 9,5/10.
  • Multimedia/instrumental: 9/10.
  • Calidad/terminación: 10/10.
  • Posición de manejo: 9,5/10.
  • Visibilidad: 8,5/10.
  • Habitabilidad: 8,5/10.
  • Baúl: 8,5/10.

Suma análisis estático: 132 puntos

Puntaje Total Master Test: 217 puntos