Contacto en Brasil: manejamos la nueva Chevrolet Montana

Pocos vehículos generaron tanta expectativa para una propia marca como la Chevrolet Montana. Los del moño la confirmaron oficialmente en junio de 2021 de la mano del mismísimo Carlos Zarlenga, el por entonces presidente de General Motos en Sudamérica. Desde ese momento fueron innumerables los teasers, anticipos y bocetos hasta que a fines del año pasado viajamos hasta San Pablo para conocer por primera vez en persona a la inédita Chevrolet Montana.

Pero antes de hablar del producto en sí, es menester hacer memoria y recordar una inversión de casi 2.000 millones de dólares anunciada en 2020, el peor año de la historia en todo sentido, de la cual una parte fue destinada a reacondicionar la línea de producción de San Caetano do Sul, usina brasileña que hoy fabrica la flamante pick up compacta de la marca norteamericana.

Luego de aquel primer acercamiento que tuvimos en diciembre con la Chevrolet Montana, por supuesto que nos quedamos con ganas de manejarla y no alcanzaron a pasar dos meses que recibimos nuevamente una invitación de Chevy para regresar al país vecino, pero en esta oportunidad a la ciudad de Curitiba para vivir la experiencia de manejo tan esperada.

El jueves por la noche fue la presentación del producto donde nos empapamos de información relacionada a cómo fue el proceso del desarrollo de esta pick up. Tras una etapa de encuestas de opinión y tendencias del mercado, Chevrolet buscará seducir no solo a quienes buscan una camioneta para el trabajo o el esparcimiento, sino que también sirva “como auto del día a día de la familia, incluso de los que viven en grandes núcleos urbanos”.

Según Chevy la Montana viene a “inaugurar un nuevo concepto de pick up compacta mediana en Sudamérica”, ya que por tamaño (4,72 metros de largo) se ubica justo entre la Toro y la Strada, dos exponentes de misma marca pero diferente segmento. Además, se buscó lograr la versatilidad de una pick up con el comportamiento de un SUV. Spoiler alert: al menos tras unos 200 kilómetros al volante de la Montana circulando por diferentes ámbitos, creemos que es un objetivo cumplido.

El día 2 arrancamos bien temprano y tras el desayuno de rigor nos dirigimos hacia el estacionamiento ubicado frente al Hotel nos esperaba una flota de Montana lista para salir con colegas de Argentina y también Uruguay y Paraguay. Fue ahí cuando nos hicimos con las llaves de una unidad color bordó (uno de los mejores según quien suscribe) para partir hacia la primera parada del recorrido: la Reserva Natural Guaricica.

Apenas nos subimos a bordo ubicamos el asiento a nuestro gusto al igual que el volante, que por suerte regula en altura y profundidad. Una vez cargados los mapas en la multimedia MyLink de 8 pulgadas, conectamos el WiFi, pusimos play a la lista de Spotify y arrancamos rumbo a destino.

Los primeros kilómetros por la ciudad ubicada en el Estado de Paraná sirvieron para comprobar el comportamiento del esquema de suspensiones, que según nos contaron tiene un desarrollo específico para esta pick up, pese a que la plataforma sobre la cual está basada Montana es la de Tracker. La realidad es que las primeras sensaciones son como si estuviésemos a bordo de un SUV del segmento B, pero a la hora de encarar algún tipo de imperfección ya sea lomo de burro o cuneta, notamos mayor solidez, algo que nos volvió a pasar cuando tomamos un camino de ripio que se presentó unos kilómetros más adelante.

Ya en la autopista, seteamos el control de crucero en 110 km/h (la máxima permitida) y en esa situación la computadora marcaba un consumo promedio de unos 6,6 litros cada cien, con el motor girando a 2.200 RPM. Por supuesto que es un valor relativo para nosotros ya que los combustibles en Brasil no son los mismos que en Argentina, pero sirve para tener una referencia.

Y ya que hablamos de datos de consumo, es un buen momento para hablar sobre el conjunto mecánico de esta nueva Chevrolet Montana. Se trata de un “viejo” conocido: el 1.2 de tres cilindros con 131 CV y 210 Nm de torque y, si bien es el mismo que utiliza la Tracker, cuenta con una calibración específica para esta pick up.

Debo confesar que cuando leí la ficha técnica esperaba cierta falta de reacción, pero sucedió todo lo contrario. Al pisar a fondo el acelerador la respuesta es prácticamente la misma que en una Tracker, con una buena salida desde abajo pese a que la caja puede resultar algo dubitativa si se la apura (no tiene levas ni comando manual en el selector). En los caminos de subidas y bajadas que transitamos en el recorrido el combo motopropulsor respondió con soltura ante exigencias.

Ya en la Reserva Natural Guaricica, conocimos más sobre este espacio verde que nació gracias a un apoyo económico de 10 millones de dólares por parte de General Motors realizado en 1999. Así comenzó la unión entre el grupo norteamericano y la Sociedad para la Investigación en Vida Silvestre y Educación Ambiental (SPVS), que ahora celebra más de 20 años de trayectoria.

Hoy en día la Reserva tiene un total de 8.677 hectáreas, mientras que la alianza de GM con la SPVS “forma parte de la agenda de la empresa de contribuir al sostenimiento de los biomas brasileños y forma parte del compromiso con las metas globales que involucran los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU”.

Así las cosas, luego de conocer un poco más sobre los proyectos de conservación de la biodiversidad apoyados por General Motors, volvimos a la Chevrolet Montana y continuamos el recorrido hacia el Ekoa Park, otro bello espacio verde donde almorzamos y aprovechamos para generar el contenido audiovisual que podés revivir cuando quieras en todas nuestras redes sociales (¿todavía no nos seguís?).

Tras la producción de los videos, nuevamente nos subimos a la Chevrolet Montana para emprender el regreso hacia la ciudad, pero esta vez como copilotos. Cargamos los mapas, nos encomendamos a una lista de reproducción digna de radio Aspen y reflexionamos sobre la respuesta que tendrá la nueva pick up de Chevrolet en Argentina.

Nuestras primeras impresiones son positivas, pero ahora resta ver quizás el ítem más conflictivo de toda esta historia como lo es el precio. La Montana se lanzará, según nos dijeron, a mitad de año y hablar de precios ahora sería un delirio. Pero por ejemplo, en Brasil ya se lanzó con valores que la posicionan en un mismo rango que Strada, una vehículo más chico y menos potente y equipado. En Argentina la Montana se tendrá que enfrentar a dos enemigos: la disponibilidad y los sobreprecios, dos elementos que van de la mano y que hoy en día son la kriptonita de cualquier vehículo importado (ya sea Mercosur o extrazona) que se lanza en nuestro delirante mercado.