Peugeot 307 nacional vs importado: ¿qué diferencias había?
La variante fabricada en la planta de El Palomar del Peugeot 307 se presentaba con precios más accesibles y una gama completa y bien equipada. Además, contaba con mejoras de ingeniería y construcción para adaptarse a nuestras calles y rutas. ¿Era mejor que el importado?
El Peugeot 307 es uno de esos autos que uno conoce más que bien, hasta en sus detalles más íntimos, entonces en un mano a mano entre el importado y el nuevo de producción nacional, las diferencias saltarían a la vista. Los comparamos centímetro por centímetro, pieza por pieza, evaluando sobre todo el nivel de calidad general. Y una vez en marcha, probamos los cambios en los trenes de rodaje y en otros componentes que los ingenieros de la marca adoptaron para adaptarlo mejor a nuestras calles y caminos.
A los pocos días de su lanzamiento local, el Peugeot 307 ya dejaba claro que era un modelo deseado, lo que posteriormente confirmaron las estadísticas de ventas y patentamientos, cuando trepaba hacia los primeros puestos. Claro, en el “uno a uno” el naftero full costaba 23.500 pesos…
Tanto brillo se opacaría meses después con el advenimiento de la devaluación, que dejaba casi sin chances de competir a todos aquellos modelos generalistas (no incluimos a los Premium de segmentos superiores) importados de extra zona, es decir fuera del Mercosur. El precio del 307 se disparaba y desde entonces quedó en franca desventaja con respecto al Focus y al Golf, entre otros.
Luego de las acciones de lanzamiento del modelo nacional, Peugeot nos cedió una unidad para su correspondiente evaluación, en este caso un XS full con motor naftero de 2 litros y 138 CV. Con respecto al XT, el XS se diferencia por las molduras exteriores tonalizadas y un interior con diferentes tapizados y apliques símil metal, que le imprimen una imagen si se quiere un poco más deportiva.
Con lupa en mano comparamos los materiales del habitáculo del Peugeot 307 XT importado y del XS nacional. Como en la fase inicial de la producción el porcentaje de integración nacional era sólo del 43%, muchas de las piezas eran exactamente las mismas y la mayoría de las locales no presentaban diferencias de calidad. El 307 seguía mostrando el mismo nivel de terminación que antes, con algunos materiales de muy buena manufactura y otros no tanto.
La ergonomía interior no se había visto modificada, y falta no le hacía ya que ofrece una buena posición de manejo con múltiples regulaciones (manuales) de butaca y volante, y un espacio trasero que lo colocaba junto al Focus en lo mejor del segmento. Sí apreciamos un trabajo más esmerado en el nacional en materia de insonorización: las filtraciones de aire por los burletes delanteros que notamos en el importado no se presentaron en el nacional.
También se escuchaban menos ruiditos provenientes de los encastres interiores y el sonido del motor ingresaba menos al habitáculo. Estos pequeños cambios positivos habían elevado el confort en un habitáculo de por sí cómodo, luminoso y con una agradable sensación de amplitud.
Comportamiento
Conservando los 2 centímetros plus de despeje con respecto al modelo que se vende en Europa, el 307 nacional está mejor adaptado a la vialidad local gracias a una serie de modificaciones realizadas en las suspensiones. Aunque en Peugeot no se mostraron muy afectos a dar un detalle puntual de esos cambios, los hay y para bien, al punto que estos trabajos de ingeniería recibieron el visto bueno de Peugeot Francia y podrían adoptarse en el 307 que allí se fabrica.
En aquella primera prueba al Peugeot 307 2.0 criticábamos brusquedad con que el tren trasero copiaba las imperfecciones del camino, “produciendo ruidos y algunos golpeteos”. Esta “sequedad” fue solucionada mediante la adopción de resortes más largos y amortiguadores con otro ángulo de inclinación. El resultado es un andar más suave y confortable, con menos ruidos en empedrados y caminos en mal estado. El tren delantero, a su vez, tiene un “descuelgue” menos brusco cuando pasamos lomos de burro un poco rápido y también se muestra menos ruidoso.
No quedan dudas que estos cambios le caen muy bien y comprobamos que no afectaron el de por sí impecable comportamiento dinámico a altas velocidades. Su tenida es óptima en todo tipo de curvas gracias a la acción del tren posterior autodireccional y en cualquier condición de manejo se aprecia el intachable trabajo de la dirección electro-hidráulica.
Prestaciones
Tras realizar las pruebas de performance de ambos Peugeot 307, los números demuestran que tampoco hay diferencias prestacionales con respecto al 2.0 importado, y es lógico ya que el conjunto mecánico es exactamente el mismo (tal como sucede con el HDi de 90 CV y el naftero 1.6 de 110 CV). Este propulsor se destaca por su suavidad de funcionamiento y progresividad. Su fuerte está por encima de las 4.500 rpm, régimen en que manifiesta una mayor sonoridad. Sus aceleraciones no brillan como tampoco la velocidad máxima de 195 km/h, para sus casi 140 CV, en lo que seguro influye su importante altura y despeje.
En materia de consumo, arroja valores normales para un auto de su cilindrada, en tanto el tanque de 60 litros le otorga una autonomía suficiente para viajar a velocidades “coherentes”.
Equipamiento
Las versiones Premium, ya sean XT o XS, mantienen el equipamiento del Peugeot 307 importado, por cierto completo: climatizador automático, techo corredizo, sensor de lluvia y crepuscular, pack eléctrico para levantavidrios y espejos, cargador de CDs y ordenador de a bordo por sólo nombrar los accesorios de confort más relevantes. Opcionalmente, puede equiparse con caja automática Tiptronic y tapizados de cuero, aunque sólo en el XS.
En materia de seguridad se destacan más las versiones “básicas” ya que toda la gama está equipada de serie con cuatro discos, ABS con repartidor y dos airbags. En el caso de este XS/XT full, podría tener airbags laterales como en el Astra y control de tracción como en el Focus.
Con los precios fijados en aquel entonces por la marca francesa para toda la gama, el Peugeot 307 era más competitivo y estaba demostrando que iba a recuperar la cuota de mercado perdida tras la devaluación. Esto beneficiaría también su reventa y al integrar piezas locales abarataba su costo de mantenimiento.
Principales diferencias del nacional
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- Rueda de auxilio: se invierte su posición y se coloca material aislante, con lo que se consiguen menos vibraciones y disminución de ruidos.
- Asiento trasero: se colocan elementos absorbedores de ruidos.
- Burletes: mejor aislamiento aerodinámico.
- Encastres: disminución de ruidos interiores al transitar por pisos desparejos.
- Portón: más tensión a la cerradura para evitar ruidos.
- Despeje: se mantienen los 2 cm plus del importado con respecto al vendido en Europa.
- Suspensiones: resortes de mayor longitud encapsulados y amortiguadores con inclinación modificada. Mejor confort y disminución de ruidos.
Peugeot 307 nacional vs importado: conclusiones
- Carroceria: empate
No hay diferencias entre ambos Peugeot 307 en la presentación exterior ni interior. La calidad de los materiales empleados es similar y por supuesto no se han alterado las cotas de habitabilidad.
- Confort: nacional
Posición de manejo, asientos, e instrumental sin modificaciones. Está mejor insonorizado y presenta cambios en la suspensión que disminuyeron ruidos de rodamiento y mejoraron el confort de marcha.
- Motor/Transmisión: empate
El Peugeot 307 mantiene los motores que traía hasta el momento. En el caso de este XS Premium, el 2.0 rindió casi las mismas prestaciones que la versión europea evaluada en noviembre de 2002.
- Manejo: empate
Los trabajos realizados en la suspensión mejoraron el andar en ciudad y pisos desparejos pero no modificaron el desempeño dinámico a altas velocidades. El Peugeot 307 sigue siendo altamente eficiente en ruta.
- Seguridad: empate
El equipamiento de seguridad del Peugeot 307 nacional no ha variado con respecto a iguales versiones importadas, incluso en las más accesibles. En el caso de este XS Premium, sería óptimo si tuviese también airbags laterales.
- Costo/Beneficio: nacional
El Peugeot 307 de fabricación nacional mejoró los precios en toda la gama, posicionándose mejor dentro de su segmento. Al conservar el nivel de calidad y equipamiento, su relación precio-producto es superior, como también probablemente la reventa.