Hace unos días te mostrábamos en auto test un Peugeot 607 que había ingresado al país mediante el método de repatriación. En esta oportunidad, encontramos un ejemplar todavía más particular: se trata de una unidad adquirida en nuestro país 0km en 2002 que estuvo parada 20 años y tiene menos de 3.000 kilómetros.

Las fotos nos las envió el lector Dario Diaz, que nos cuenta que este Peugeot 607 está actualmente a la venta en una concesionaria de Villa Allende, en Córdoba. Según pudimos averiguar, luego de comprarlo el primer dueño tuvo que viajar al exterior, y por eso el auto estuvo parado tanto tiempo. Por suerte, algunos familiares ponían en marcha el motor de vez en cuando.

Como ves en imágenes, el estado de este Peugeot 607 es impecable, algo lógico ya que se trata de una unidad prácticamente sin rodar. El interior destila lujo y confort, con tapizados de cuero y detalles cromados que realzan la calidad percibida en el habitáculo (algunas unidades traían terminaciones en madera). Además, como todo sedán de la marca de Sochaux, las plazas traseras son muy confortables gracias a una distancia entre ejes de 2,80 metros.

En materia de equipamiento, por supuesto que estaba a tono con el segmento a donde apuntaba el auto. Se destacaba la presencia de control de velocidad crucero, computadora de a bordo, asiento del conductor con regulación eléctrica y memorias, sensor de lluvia, lavafaros, sensores de estacionamiento, espejos eléctricos rebatibles, entre otros.

Bajo el capot, esta unidad incorpora el conocido motor V6 de 3 litros que utilizaban los Peugeot de alta gama contemporáneos. Entrega una potencia de 211 CV, sumado a un torque de 290 Nm, que se transmite a las ruedas delanteras a través de una caja automática de seis velocidades. Esto le permitía en aquella época alcanzar una velocidad máxima de 241 km/h.

El Peugeot 607 llegó para suceder al 605, aunque no logró el éxito esperado y significó otro fracaso en el intento de una marca generalista de pelearle a las premium alemanas como Audi, BMW y Mercedes-Benz. Claro que la culpa no la tuvo el auto, sino tal vez el contexto en el que fue lanzado.