En sus 4 metros y medio el C5 Aircross tiene luz propia. Como viene siendo tendencia, Citroën apela a un combo más juvenil e irreverente para sus modelos, con detalles peculiares o de diseño que lo distinguen, más si hablamos de un segmento que suele ser un poco más señorial o conservador que otros. Además del C5 Aircross, esta plataforma da vida a otros modelos: Peugeot 3008, Peugeot 5008, Opel Grandland X y DS 7 Crossback.

El sector delantero es digno de Pablo Picasso (¿casualidad?) con ópticas diseminadas por doquier en un frente robusto y contundente: ¿se puede decir que es un “maxi Cactus”? sí, completamente. Subjetivamente es atractivo pero algo sobrecargado, y encontramos que los dos marcos inferiores de color contrastante son la manera más fácil en la actualidad de distinguir los últimos Citroën cuando vienen de frente, sobre todo si se trata del color Blanco Nacré el único de la gama con detalles son rojos.

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En los laterales el body kit de plástico le aporta mucha guerra y eso siempre suma en un SUV. Los “airbumps” siguen presentes pero en un rol casi de reparto (suponemos que hasta su ocaso definitivo) al igual que en Cactus. La línea de cintura elevada y ligeramente ascendente aporta a la robustez general y las enormes llantas de look deportivo le aportan personalidad al igual que la pintura bitono y las barras portaequipajes de diseño.

– DETALLE CHIC. Nos encantó esta tira de ¿jean? en el lado derecho de la plancha. La vimos en C4 Cactus y creemos que le da un toque especial.

– ALERTA EN LO PROFUNDO. Dentro del apoyabrazos se encuentra un espacio inmenso para dejar cosas. Tonelli de hecho se olvidó las llaves en sus profundidades.

– CARROCERÍA
Peso: 1.430 kg.
Tanque: 53 litros.
Baúl: 720 litros.