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100% original y con más de 40 años: se vende un Ford Falcon con 16.000 km de fábrica

Te mostramos uno de los autos más queridos y emblemáticos de nuestra industria que se encuentra en perfectas condiciones y parece un 0 kilómetro.

Ford Falcon Standar 1983 cola

Corría el año 1983 y el Ford Falcon, a 21 años de su lanzamiento, volvía a ser el auto más vendido del mercado argentino. Justamente de ese año es la unidad que te mostramos a continuación, que presenta un increíble estado de conservación y originalidad.

Se trata de un Falcon Standard, es decir una de las versiones más básicas que se ofrecían en la época. Por ser del 83 también tiene el último rediseño que tuvo este sedán, con cambios en trompa y cola que lo modernizaban y lo alineaban con modelos europeos de Ford, como el Granada.

Ford Falcon Standar 1983 trompa

Por fuera como es una versión económica carece de llantas de aleación y el detalle cromado en los pilares A y B, que sí venía en el Falcon Ghia de la misma época. Adentro también luce más despojado y sencillo, con otro tipo de tapizados y un instrumental básico que carece de tacómetro.

La descripción de la publicación de @queunidad indica que este Ford Falcon tiene apenas 16.000 kilómetros de fábrica y que es segundo dueño. Se nota que fue muy bien conservado en estas últimas décadas porque la pintura no presenta daños ni marcas, los acrílicos de las ópticas no están gastados y hasta conserva algunas calcomanías que venían de fábrica como la que indicaba la posición del crique y la rueda de auxilio.

Ford Falcon Standar 1983 interior

Este Falcon de 1983 se va con el service completo recién hecho, las llaves y los manuales originales y cuatro neumáticos nuevos. El motor en este caso es el 3.0 de seis cilindros en línea, que desarrollaba en aquella época unos 80 caballos de fuerza y se combinaba con una caja manual de tres velocidades con palanca al volante. ¿Precio? 16.500 dólares.

Ford Falcon Standar 1983 trasera

Breve historia del Ford Falcon en Argentina

El Falcon comenzó su extensa carrera en 1961, cuando salieron las primeras unidades de La Boca, ensambladas en formato CKD (la manera más fácil de distinguirlas era por el parante trasero más ancho).

Desde sus inicios el Falcon ofrecía una gran cantidad de variantes con los modelos Futura, Deluxe y un tiempo después el Sprint, que se convirtió en un verdadero objeto de deseo para los amantes de los deportivos y la velocidad. Con el tiempo se sumarían a la línea más opciones de carrocería, como la rural y la pick up Ranchero.

A través de los años el Falcon tuvo varias actualizaciones que le aportaban un soplo de frescura a una carrocería que no podía ocultar el paso del tiempo. Sin embargo, como mencionamos al comienzo de la nota, cuando el auto ya tenía unos 20 años de trayectoria, seguía siendo el más vendido del país.

Cuando comenzaba a transitar la recta final de su historia, el Falcon sumó inéditas opciones mecánicas que tuvieron un paso efímero y por eso no es común encontrar unidades con esas motorizaciones. Por un lado el 2.3 que utilizaba el Taunus, que salió de la línea rápidamente porque no se destacaba en prestaciones y los consumos eran igualmente elevados, y también la inédita versión diésel, que por problemas con el proveedor (VM Borgward) desapareció en 1988.

Finalmente, en septiembre de 1991 salió el último Ford Falcon de la línea de montaje, marcando el fin de otro verdadero ícono de nuestra industria como lo habían sido anteriormente autos como el Torino o la Chevy. A lo largo de sus 30 años, el Falcon supo conservar sus atributos como robustez estructural y de suspensiones y su indiscutible confiabilidad mecánica.

Para terminar esta breve historia del Falcon nos pareció interesante repasar unos datos que salieron en una nota especial en la road test (luego auto test) de noviembre de 1993, dos años después de que finalizó la producción en Pacheco.

Construir durante treinta años un auto requiere de una cantidad de insumos inimaginables y difíciles de mensurar. Pero hagamos una repasada.

Se necesitaron 500.000 toneladas de acero, con lo que se podría construir una superestructura de un puente de 25 kilómetros de largo. 7.750 toneladas de aluminio, material suficiente para hacer una hoja de 1/100 mm de espesor y 25 centímetros de ancho que rodee la tierra doce veces a la altura del Ecuador, ¿qué tal?

Pero esto no es todo. Con los 300.000 litros de pintura utilizados se podría pintar de ambos lados una pared de un metro y medio que se extienda desde Buenos Aires hasta Frankfurt.

Ahora, si usted tiene un campo de 165 hectáreas puede cubrirlo íntegro con la plancha que podría construirse con las 22.000 toneladas de vidrio utilizadas en la historia del Falcon”.