Luego de ver los números de performance que nos dieron en nuestras correspondientes pruebas, ahora es el momento de ver cuál de los dos pasa más seguido por el surtidor. Por un lado, el Golf apela a un 1.4 con la tecnología TSI y 150 CV con un torque de 250 Nm. Está asociado a una caja automática de doble embrague y siete relaciones.

El Cruze por su parte, también recurre a una cilindrada de 1.4 litros, con turbocompresor y la misma potencia. En este caso son 245 Nm de torque, y la caja es automática con convertidor de par y seis marchas. Hay que aclarar que ambos modelos cuentan con el sistema Star&Stop (desconectable) que apaga el motor en determinadas circunstancias cuando detenemos la marcha, para ahorrar combustible y emisiones contaminantes.

A velocidad constante, más precisamente 100 km/h, el Golf registró un consumo de 5,8 litros cada cien kilómetros recorridos. Esto le permite alcanzar, mediante un tanque de 50 litros una autonomía de 862 kilómetros. El Cruze demanda apenas un poco más, 5,9. Sin embargo gracias a un tanque unos litros más grande puede andar 881 kilómetros.

Ganador: Empate

Cuando incrementamos la velocidad y llegamos a 130 km/h, el Volkswagen aumenta el consumo hasta 7,9 litros cada cien, mientras que el Chevrolet bajó esa cifra a 7,5. La autonomía es de 632 y 693 kilómetros respectivamente.

Ganador: Chevrolet Cruze

Por último, el ámbito citadino. Acá es donde también entra en juego el mencionado sistema Start&Stop. El Golf te va a pedir que le cargues 10,6 litros de combustible por cada cien kilómetros, algo que debería ser una vez que recorras 471 kilómetros. En Cruze eso va a suceder una vez que hagas 542 kilómetros, gracias a un promedio de 9,6 litros.

Ganador: Chevrolet Cruze