Test Drive Jeep Commander Overland

Presentación

MARCA: jeep

MODELO: commander td380 at9 4×4

Antes de hablar del Jeep Commander en sí, es imposible no hacer mención (una vez más y van) al mojón que marcó la instalación de la fábrica de la ex-FCA en Pernambuco tras una inversión de 2.300 millones de dólares. En 2015 fuimos allí a conocer las nuevas instalaciones y desde entonces no paró de “escupir” grandes éxitos: Renegade, Compass y Toro.

La lista la siguió con Jeep Commander, un desarrollo destinado a mercados emergentes para familias a las que el Compass le queda corto y necesita una solución de habitabilidad. Lo conocimos este verano al ritmo de una banda tributo a Queen y finalmente la retiramos, trocamos la música británica por alguna escandinava de power metal y la probamos durante varios días en su versión tope de gama Overland.

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Características

Como suele suceder en un siete asientos, lo primero que miramos en el Jeep Commander fueron los cuartos traseros, que son los que suelen sacrificar sus líneas en pos de ubicar poltronas. A nuestro juicio la resolución es armónica símil Peugeot 5008, otro que casi casi pasa desapercibido en esa reformulación con base 3008. En la metamorfosis hubo cambio en las cotas: el Jeep Commander mide 4,77 metros de largo y 1,70 de alto, o sea, 37 y 7 centímetros más que el Compass, respectivamente.

Más allá de las medidas, el Jeep Commander tiene estilo propio, que puede gustar o no: la trompa se despega con siete barras “abiertas”, un listón cromado que destila jerarquía en la zona inferior y en el lateral queda expuesta la pintura bicolor que le da una vueltita de tuerca a esa zona.

El sector trasero del Jeep Commander es quizás el más personal. Independiente de la silueta, le suelta la mano completamente al portón de Compass con un alerón más generoso, unas ópticas rasgadísimas, antena tipo tiburón y más detalles cromados como para sumarle algo de deportividad al paquete y al, insistimos, el sector más polémico de estas transformaciones.

Dejamos por un instante el look y nos metemos con la ficha técnica. Hay solo dos versiones de Jeep Commander disponibles en nuestro país con una muy buena dotación de serie. “Nuestro” Overland se destaca por techo panorámico, tapizados de cuero (marrones, negros en Limited), acceso y arranque sin llave, climatizador bizona, sensores de estacionamiento delanteros y traseros con cámara de retroceso y asistente de estacionamiento automático, encendido remoto y sensores de lluvia y luces.

Por el lado de la seguridad, siete bolsas de aire y ADAS tales como alerta de tráfico cruzado, mantenimiento de carril, frenado autónomo, control de crucero adaptativo con stop & go y detector de fatiga. Todo este paquete, de serie en los Jeep Commander.

Momento de hablar del comportamiento del Jeep Commander, un vehículo que fue desarrollado y fabricado en el Mercosur, con lo cual los resortes (traseros independientes) están calibrados para todos nuestros accidentes: cunetas, pozos, pavimentos detonados y donde sea que circules. De hecho Jeep afirma que se trata de “un nuevo sistema de suspensión calibrado para entregar un mejor desempeño, confort de marcha y seguridad en distintas condiciones”.

Con 25,4º de ataque y 23,6º de ataque y salida, respectivamente, el Jeep Commander es también un aliado del off road si pinta una escapada en familia. El sistema Active Drive Low ya lo hemos manejado varias veces y te contamos que no es una reductora de paladar negro sino una configuración que “simula” una baja mediante la electrónica.

El resultado es muy bueno ya que además Jeep le suma el Selec-Terrain con diferentes modos de conducción específicos para diferentes superficies: arena, barro, nieve y el automático para que la centralita elija a discreción. Nuestra recomendación por supuesto es elegir la que se corresponda con el camino a atravesar y que siempre tengamos en cuenta que no es un offroader extremo.

El caucho del Jeep Commander acompaña la faena, con una marca, modelo y dibujo que mira con cariño salirse del camino pese a las enormes llantas de 19” (de bonito diseño) opinen lo contrario. Ah, el auxilio es temporal.

Interior

Sacamos de nuevo el metro y te contamos que este Jeep Commander tiene una distancia entre ejes de 2,8 metros, 17 centímetros más que su hermano Compass. Esto naturalmente se da para poder meter tres filas de asientos siendo la segunda corrediza para acomodar el espacio de piernas. ¿Querés saber cuánto podés cargar de acuerdo a la cantidad de gente que lleves? Anota: 233, 661 y 1760 litros, obviamente con la tercera, la segunda fila y únicamente la primera fila en su lugar, respectivamente.

Poniendo la lupa en la última hilera nos encontramos con algo que parece no haber cambiado por lo menos desde que entré a trabajar de esto en 2007: reservadas para dos niños pero con una robustez interesante. Por supuesto que todos tienen cintos inerciales, apoyacabezas y solo la central de la segunda es ergonómicamente el patito feo con lo cual si te mandan ahí tenés que leer el mensaje entre líneas que está muy claro. Ah y una más: el acceso a la tercera es realmente complicado y todavía guardo una marquita en la tibia de cuando trate de entrar por mis propios medios.

Mención especial para el diseño y la calidad de las butacas, con una suerte de alcantara marrón que me parece que le suma muchísima jerarquía y elegancia. En realidad todo el interior de Jeep Commander se pliega a esa declaración, con detalles como los mencionados y materiales que suman puntos. Creo que acá los diseñadores e ingenieros quisieron darle un aire más elitista al Compass, un vehículo ya de por sí con una fina estampa, y de alguna manera lo lograron.

Las butacas delanteras (con un cosido muy coqueto) del Jeep Commander tienen regulación eléctrica y el volante la complementa con regulación en altura y profundidad con lo cual encontrar la posición ideal va a ser bastante fácil y a gusto. Ah, nos encantó el detalle del apoyabrazos estampado con el “1941” en homenaje a la marca.

Confort y funcionamiento

Consumo de combustible

El consumo de combustible del Jeep Commander es similar al del Compass Trailhawk, con quien comparte motor. A 100 km/h y siempre con el control de velocidad crucero activado (con el motor girando a 1.800 RPM) el consumo promedió los 5,3 litros. A 130 km/h (girando a 2.000) esa cifra se fue 7,2 litros “cada cien”.

En el ciclo urbano los 100 kilos extra que acusa en la balanza el Jeep Commander respecto del Compass TD no le pesaron demasiado ya que registramos 11,1 litros cada cien. Así las cosas, las autonomías nos quedaron en 1150, 847 y 550 kilómetros, respectivamente.

Aceleración, recuperación y frenada

Como ya señalamos, el motor es exactamente el mismo que manejamos en el Compass Trailhawk. Sí, también carga urea (lo hemos hecho a 3.000 pesos los 10 litros, precio julio) y no representa mayores problemas salvo que puede arruinar la ropa así que ojo durante la maniobra.

Es un impulsor super noble (insonorizado y con varilla), con muy buenas prestaciones, algo rumoroso y que cumplirá con creces la tarea de llevar a la familia de vacaciones o un ida y vuelta al laburo. El cero a cien lo firmamos en casi 11 segundos y el kilómetro en poco más de 32, números apenas más lentos que el Compass. De todos modos, creemos que quien busca un Jeep Commander lo que menos va a procurar es que baje tiempos en el autódromo (donde, una vez más hicimos parte de las fotos de esta “produ”).

La caja que acompaña el motor del Jeep Commander es otra conocida como lo es la de 9 velocidades, una transmisión con levas al volante que a veces puede tener tirones y que cuando la apuramos tuvo alguna que otra duda. De todos modos, si las usas de manera lógica no vas a tener ningún problema y, en ciudad, la función Hold (que evita que el freno en las detenciones) puede ser un bálsamo. Por último, una destacable frenada en este Jeep Commander, con 39,4 metros para detenerse de 100 a 0 km/h.

Ficha técnica

Pack de conectividad

Hace rato el Uconnect se ubica entre los mejores sistemas multimedia de la industria. En el caso del Jeep Commander no es la excepción y se manifiesta en una pantalla de 10,1” de excelente respuesta táctil y con conectividad android auto y car play de manera inalambrica. Complementa al sistema un combo de parlantes harman kardon que suenan bombásticos y varios puntos de carga: de manera inalámbrica (nos sigue funcionando erráticamente), con una entrada tipo C, tres USB (una en la zona de la tercera fila, kudos), dos 12V y otra tipo enchufe de 230 V.

Al igual que con Compass, en el Jeep Commander todo el conjunto multimedia es de lo mejorcito disponible dentro de la industria por ser intuitivo, por su buena definición y por la calidad del sonido.

Fotos

Seguridad

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Guido Tonelli

Periodista, egresado de DeporTEA en 2007. Ese mismo año ingresó a Motorpress Argentina para escribir en la web Auto Plus Digital y en 2009 pasó a escribir y probar autos para la edición impresa. Desde 2018 redacta y prueba para auto test web y papel y representa al medio en salones internacionales, eventos y lanzamientos de la industria automotriz a nivel nacional y regional.

Fanático del WRC, fue bastante ciclotímico con sus autos: primero tuvo un Suzuki Swift GTI, pasó por un Citroen Saxo, volvióa las siglas prometidas en un Seat Ibiza GTi y recaló en dos Peugeot 206 (uno francés y otro nacional) hasta que pudo cumplir el sueño de su vida de tener un Subaru Impreza turbo «azul con llantas doradas, como tiene que ser un Impreza».