Test Drive Chevrolet Montana Premier

Presentación

MARCA: chevrolet

MODELO: montana premier

Chevrolet anunció la Montana como una “SUP” (Sport Utility Pick up) pero dejando de lado los términos de marketing, esta pick up llega para meterse en un segmento muy importante del mercado y dentro del cual todas las marcas quieren estar. Si el nombre te suena conocido es porque lo utilizó aquella pick up basada en el discontinuado Agile, pero en este caso estamos ante lo que sería la tercera generación de un producto que nació como la pick up del Corsa II y hoy está montado sobre la arquitectura de un SUV (Tracker). 

Fueron meses de expectativa generados por la marca debido a que se limitó a mostrar la Montana únicamente camuflada pero finalmente fue develada el año pasado en Brasil (donde se produce) e inmediatamente sorprendió a propios y ajenos con su éxito. Es que le pese a quien le pese, las pick ups compactas son la tendencia actual y lógicamente los de Detroit no querían quedarse afuera. 

Nosotros conocimos a la Chevrolet Montana en persona por primera vez durante las últimas semanas de 2022 y finalmente pudimos manejarla unos meses más tarde, en febrero, por las calles y rutas de la bella ciudad de Curitiba. Pasó casi medio año de aquella primera experiencia y ahora, ya con la Montana lanzada oficialmente, llegó el turno de subirnos durante una semana a una versión full Premier y estas son nuestras conclusiones.

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Características

Si sos fiel seguidor de auto test seguramente ya lo sabés pero no está de más recordarlo: la Chevrolet Montana toma la plataforma de Tracker, un vehículo que recientemente se nacionalizó y ya es el más vendido de su segmento. Mucho se especuló sobre la fabricación en la planta de Alvear de la pick up, pero finalmente eso nunca ocurrió y por ahora tampoco hay noticias al respecto. 

Pero no me quiero ir por las ramas. Para hablar del diseño voy a acudir a la primera persona y decir que me gustaron las líneas de esta nueva pick up. En charlas de redacción y también en el reciente streaming que arrancamos y que podés ver en nuestras redes siempre decimos que es difícil innovar en el diseño de una pick up pero creo que Chevrolet logró que su producto se diferencie del resto y al mismo tiempo quede alineado con su gama de vehículos a nivel global. 

La trompa de la nueva Chevrolet Montana transmite solidez gracias a una gruesa parrilla que en la parte superior exhibe el moño dorado, mientras que por debajo hay una especie de spoiler de color negro que suma desde lo estético. 

Las ópticas se pliegan a esta nueva tendencia de ubicar las luces principales por debajo de los LED de posición y el capot, al igual que en Tracker, posee nervaduras y pliegues que le dan mayor presencia a todo el mascarón de proa. 

Un último detalle del sector frontal: la parrilla en esta versión Premier tiene “cromados oscurecidos” como dice en la ficha técnica, mientras que las luces son de LED, otro diferencial respecto de la variante LTZ. 

De costado un poco se terminan las novedades ya que la Chevrolet Montana exhibe la silueta de una pick up monocasco hecha y derecha. Los pasarruedas incorporan molduras de plástico negro, que de alguna manera continúan en las puertas y cumplen doble función: estética y también para proteger la pintura en caso de circular por algún terreno complicado. 

En lo personal el remate me genera algunas dudas. Quizás por los faros demasiado pequeños o el listón que une los mismos. Sí banco la palabra “Chevrolet” estampada en la chapa, al mejor estilo de pick up full size. 

Para cerrar el apartado estético, las llantas de aleación (17 pulgadas en toda la gama) tienen cierto toque deportivo que siempre suma y en esta versión están oscurecidas, haciendo juego con los detalles que ya mencioné de la trompa. Ah, como ya habrás visto en las fotos la unidad que nos tocó en esta oportunidad contaba con varios accesorios (que a mi gusto la recargaban demasiado) como los estribos, las curiosas barras portaequipaje sobre la caja y un todavía más curioso ¿portabicicleta? en el techo. 

Sobre la caja de carga se habló mucho en su momento. Al principio la marca nunca comunicó la capacidad de carga en kilos pero sí en litros (plausibles 874) y finalmente nos enteramos que la Chevrolet Montana en esta versión Premier puede cargar menos de 600 kg. Es cierto que el usuario al que creo apunta esta pick up no está pensando en cuánto puede cargarle a la caja, pero es algo para tener en cuenta. 

Si hablamos de la caja en sí, me gustó mucho la presentación, con un grueso protector que es de serie en toda la gama (al igual que el cobertor de lona), doble luz y cuatro ganchos de cada lado para sujetar cualquier elemento que llevemos allí. Además, la tapa tiene asistencia, algo que a esta altura debería ser obligatorio en todas las pick ups. 

Lógicamente por una cuestión de disponibilidad Chevrolet ofrece dos versiones para la nueva Montana: LTZ y Premier. Si ponemos la lupa en la ficha técnica la diferencia entre ambas pasa por llantas oscurecidas, climatizador automático, luz delantera doble, luces delanteras con proyectores LED, tapizados de cuero “Jet Black”, barra san antonio, alerta de punto ciego y cargador inalámbrico de celular. 

¿Faltantes? En lo personal me hubiese gustado algún ADAS más (Tracker tiene frenado autónomo, por ejemplo), pero la dotación en líneas generales es correcta, no sobresale pero tampoco desentona con lo que ofrece el segmento. 

Algo que me llamó la atención es que la nueva Chevrolet Montana no recurre a una suspensión sofisticada (multibrazo) para el eje posterior como sus rivales. Allí encontramos un esquema tradicional con eje de torsión pero en la práctica no notamos un andar duro ni rebotador como podría esperarse. En ciudad el confort de marcha tiene un buen confort de marcha y gracias a la calibración regional de los resortes no transmite demasiadas asperezas a la hora de encarar cualquier imperfección u obstáculo que se presente en el camino. 

En la ruta tiene las limitaciones típicas de un vehículo de estas características como cierta sensibilidad a los vientos cruzados y a los camiones que circulan en sentido contrario, pero a la hora de doblar buscando el límite la estabilidad nunca se vio comprometida, más allá de que siempre estarán los controles electrónicos velando por nuestra seguridad. Además, punto a favor para la dirección, con asistencia ideal y rápida respuesta en todo tipo de situaciones. La única crítica va para la insonorización, ya que a velocidades elevadas pueden aparecer filtraciones eólicas. 

Interior

Si nos subiéramos a la Montana sin saber de qué modelo se trata, indudablemente diríamos que estamos a bordo de un Chevrolet del segmento B. La presentación de la plancha, con ese ¿engomado? que eleva la calidad percibida, el instrumental, el volante y los comandos de la climatización son algunos de los detalles que evidencian su herencia Onix y Tracker. 

Una crítica quizás es que el tablero luce algo anticuado, sobre todo por la pantalla central monocromática, pero en definitiva la información que brinda es completa y tanto el velocímetro como el tacómetro (ambos de aguja) son de rápida lectura. 

A la hora de diseñar el interior de la pick up la gente del moño eligió darle algunos retoques a la zona de la central multimedia, que no es una pantalla tipo flotante como en Onix y Tracker sino que está enmarcada en una misma pieza con el instrumental. Creo (y vuelvo a la primera persona) que el resultado final no está ni bien ni mal, simplemente es diferente. Con Claudio (Arena) coincidimos en la ubicación extraña de la perilla para subir y bajar el volumen y el botón para volver al menú principal, ambos en una posición cuanto menos curiosa. 

¿Posición de manejo? Adivinaste, muy parecida a Chevrolet Tracker ya que hasta la butaca es similar, con sujeción correcta y tapizada en un “cuero ecológico” que en verano será sin dudas nuestro peor enemigo. Bien por el volante con doble regulación pero sé que muchos pedirán que el asiento baje un poco más. Yo no tuve inconvenientes pero vale aclarar que mido 1,70. No sé cómo se sentirá alguien que supere el “metro ochenta”. 

Y llegamos a una polémica: en la gacetilla la marca anuncia que la Chevrolet Montana “ofrece el mejor espacio disponible para los ocupantes de la segunda fila en su segmento”. No sé qué modelo tomaron como referencia pero, como ves en imágenes, el espacio no sobra. La ficha técnica acusa 2,80 metros de entre ejes, una medida que está por debajo de sus principales rivales (hablo de Toro y Oroch). La buena noticia es que atrás hay dos puertos USB, la mala que no hay salidas de aire.

Confort y funcionamiento

Consumo de combustible

El consumo de la Chevrolet Montana es, en líneas generales, aceptable. Comenzando por los valores a velocidad constante, a 100 km/h la Chevrolet Montana consume unos 6 litros cada cien kilómetros, que se traduce en una autonomía de 511 kilómetros gracias a un tanque (algo chico) de 44 litros. 

Cuando aumentamos la velocidad y circulamos a 130 km/h, la máxima permitida en varias autopistas de nuestro país, el consumo de la pick up de Chevrolet se dispara hasta los 8,6 litros “cada cien”. 

En el video de la prueba que ya podés ver en nuestro canal de Youtube puede haber algunas diferencias porque después de grabar utilizamos la Chevrolet Montana unos días más en distintas condiciones de tráfico para de esa forma sacar un promedio que se acerque lo máximo posible al de un usuario real. 

Respecto del consumo en ciudad, allí la Chevrolet Montana se pone un poco gastadora, algo que ya habíamos notado con la Tracker en su momento. Así las cosas, luego de registrar los valores obtenidos en varios días de manejo por la Capital anotamos 11,1 litros cada cien kilómetros, cifra un poco más elevada de lo que nos hubiese gustado pero que tampoco escapa demasiado del promedio de este segmento. La autonomía en este caso es algo limitada ya que en ciudad nos dió 396 kilómetros.

Aceleración, recuperación y frenada

“¿Alcanza un tres cilindros para una pick up?” Recibimos muchas preguntas del estilo y la respuesta es que sí ya que se trata del conocido 1.2 turbo con 132 CV y 190 Nm, es decir, el mismo motor que Tracker. Según la marca cuenta con “una calibración exclusiva, en línea con la propuesta polivalente del vehículo” pero en líneas generales las sensaciones son las mismas que en el SUV. 

Quizás un aspecto que merece algún ajuste es la caja (automática de seis, única opción disponible), no porque sea mala sino porque la notamos algo remolona en el kick down, algo que naturalmente ya nos había pasado cuando manejamos la Chevrolet Tracker. Además, la opción secuencial mediante los botones al costado de la palanca sigue sin convencernos demasiado y debería incorporar levas. 

La nueva Chevrolet Montana acelera de 0 a 100 km/h en 10,7 segundos, una cifra correcta sobre todo teniendo en cuenta que la Tracker (mismo motor, diferente calibración y más liviana) los cumple en 11,1 segundos. A modo de referencia, una Toro, que es más pesada pero también tiene 43 caballos extra, acelera en 10 segundos. 

Más allá del ‘lag’ que notamos a la hora de pisar a fondo el acelerador, cuando entra en acción el turbo encontramos buena respuesta porque el torque máximo está disponible desde las 2.000 RPM. De ahí los 8,5 segundos que demoró para recuperar de 80 a 120 km/h. 

Por último los frenos, que nos sorprendieron para bien ya que paró en menos de 40 metros: 38 para ser más exactos. Lamentablemente la Chevrolet Montana no incorpora frenado autónomo con alerta de colisión, como sí trae por ejemplo la Tracker. ¿Cuestión de configuración o un simple ahorro de costos? 

Ficha técnica

Pack de conectividad

A nivel multimedia la Chevrolet Montana cuenta con la eficiente interfaz MyLink con pantalla de 8’’ que además permite proyectar de manera inalámbrica las funciones del celu mediante android auto y carplay. La conexión es de las más rápidas que hemos visto en el mercado y además a eso se suma el Wi Fi nativo con una señal que es “hasta 12 veces más estable que una señal telefónica”. 

A la hora de recargar dispositivos electrónicos los ocupantes de la Chevrolet Montana seguramente estarán a gusto con las dos tomas USB adelante (una tradicional y otra tipo C) a lo que se suman otras tres (dos USB y una de 12v) para quienes viajen en las plazas posteriores: no hay excusas para tener el celular sin carga. 

Por último, la Chevrolet Montana también permite configurar y controlar algunas funciones mediante el celular con una aplicación llamada my Chevrolet, desde la cual podemos encender el motor a distancia, abrir y cerrar las puertas, entre otras funciones.

Fotos

Seguridad

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