RAM Rampage Test Drive

Seré sincero: fui parte de ese colectivo que calificaba -y subestimaba- a la Rampage como una Toro premium. Pero después de unas horas de manejarla caí en la cuenta de que asociarla peyorativamente es un grueso error porque un producto con la base de la Fiat, todavía mejor equipado y refinado da como resultado una pick up compacta superlativa. A eso se le suma el siempre atractivo logo del carnero para un público muy específico y tenemos ante nosotros un vehículo pasional y aspiracional.

Independientemente de lo que cada uno piense, mientras escribo estas líneas la Rampage lleva acumuladas 1.372 unidades vendidas, que la colocan por encima de otras chatas como las Renault Oroch y Alaskan, Volkswagen Saveiro y ahí nomás de la Ford Maverick y las Fiat Strada y Toro con apenas unos meses en rotación.

RAM nos cedió una semana la variante R/T que tiene en sus entrañas un motor brutal además de múltiples cositas que fuimos experimentando a lo largo de los días de préstamo.

Hay un gran laburo del equipo de diseño de RAM (puntualmente del Stellantis Design Center de Sudamérica), que le aplicó la trompa actualizada de la marca a la arquitectura con la que ya contaban. Pero no es solo una parrilla: poniendo la lupa en diferentes lugares nos encontramos con pequeños cambios o vueltas de tuerca como el remate de la ventanilla trasera o la exacerbación de los fenders para separarla todavía más del producto Fiat.

El único sector que me hace ruido es el trasero, donde la notó un pelín desproporcionada y, quizás sensación mía, como algo levantada. Ya hilando muy fino podrían haber cambiado la tipografía y la ubicación de “RAMPAGE” en los laterales, un detalle -y fuente- muy Jeep. Ahora, diga lo que diga yo o pienses vos, generó muchísimas miradas y comentarios de propios y extraños en parte, creo, porque el color gris que nos tocó en suerte le quedaba, a mi gusto, espectacular.

El equipamiento es muy bueno y en términos de posicionamiento la R/T se ubica como la más deportiva pero también como la más full pese a la reciente llegada de la Laramie que queda en el corazón de la gama. A la hora del confort destaco el climatizador bizona, acceso y arranque por botón y sensores de estacionamiento delanteros y traseros. Por el lado de la seguridad, no decepciona con siete airbags, mantenimiento de carril, detector de punto ciego, control de crucero adaptativo y frenado de emergencia. El resto lo detallamos en su respectivo apartado pero me llamó la atención la ausencia de butacas calefaccionadas y de un techo solar.

Por el lado del comportamiento, sensaciones encontradas porque si bien es hiper cómoda y a la vez robusta (las llantas de 19” ni se notan), la noté extremadamente saltarina en caminos desparejos. El sistema 4×4 (integral en demanda y con bloqueo de baja) permite excursiones vacacionales y/o lúdicas como creo que el cliente de RAM le gusta usar sus chatas. A eso se le suma la suspensión trasera independiente que obviamente aporta lo suyo, y sí creo que podría haber sumado alguna ayudita electrónica extra dependiendo de la superficie como tienen las variantes Trailhawk de las primas Jeep.

Si estás preocupado por sus capacidades, te dejamos sus capacidades para que vayas haciendo cuentas: 25 de ataque, 24,5 de salida, 23,1 ventral y 257 mm de despeje.

Adentro el despegue con la Toro es total: acá Stellantis puso todo para diferenciarse estéticamente y también en términos de presentación porque la alcántara eleva la vara a otro nivel, por lo menos a mi juicio: hay en el volante, en la plancha y en la butaca. Es cierto que acusará los kilómetros más rápidamente pero el golpe de efecto se logra desde el primer vistazo. Más allá de esta tela noble hay materiales blandos y bastante de lo que nos muestra la plausible fábrica de Pernambuco desde donde salen varios modelos ya conocidos como Renegade, Compass y…Toro.

En cuanto a estructura, la Rampage es diferente. Desde las toberas, hasta las líneas e incluso la pantalla que creo que en pos de hacer las cosas más premium posible Stellantis se apuró en equipar la vertical en la Fiat y la horizontal en RAM.

Siempre hablamos bien de la multimedia de Stellantis, especialmente las Uconnect, y en este caso no es la excepción. Rampage está munida de una pantalla de 12,3” pero de disposición horizontal algo que me llamó la atención teniendo en cuenta que la 2500 que manejamos hace algunos años ya traía una vertical. Independientemente de su disposición su funcionamiento es impecable y la conectividad, inalámbrica. Complementa al sistema un sistema de sonido firmado por Harman Kardon (de serie) que suena muy pero muy bien.

A la hora de la recarga, en el habitáculo tenés entradas USB del tipo A (3) y C (3) y un cargador inalámbrico que la marca bautizó simpáticamente Ramcharger.

A la hora de la posición de manejo, una butaca con múltiples regulaciones eléctricas (incluyendo en el trono del acompañante, de serie) y un volante también con altura y profundidad para acomodarse lo mejor posible. El que maneje tendrá frente suyo un tablero de 10” configurable con muchísima data.

Momento de hablar de la carga, de pasajeros y de la caja. A la hora de la habitabilidad, 2,99 metros entre ejes aunque un adulto de tamaño promedio viajará allí atrás con lo justo. La caja, con 750 kilos de capacidad (toro se mueve entre 650 y 1000), iluminación, revestimiento protector, cuatro ganchos, cuatro cornamusas y dos cuestiones puntuales: el portón está amortiguado (¡qué bien!) pero no ofrece lona marítima de serie (sí como opcional, pero ¡qué mal!).

Consumo de combustible

El consumo de combustible de la RAM Rampage es elevado aunque si tenemos en cuenta lo que da a cambio cobra sentido. A velocidades constantes , con el crucero activado en 100 km/h, la RAM Rampage consume 7,9 litros cada cien kilómetros mientras que a 130 km/h ese promedio se va a preocupantes 11,6 litros cada cien. Te imaginarás que en ciudad el consumo se va un poco más arriba y la realidad es que firmamos promedios de casi 14 litros cada cien.

Entiendo que quien se compre una Rampage (y me animo a decir cualquier producto RAM) no se rasgará las vestiduras por abrir la billetera para repostar pero sí para detenerse a cargar si encara un viaje porque el tanque de combustible creo que podría ser mayor a los 55 litros que le confiere 696, 474 y 398 de autonomía, respectivamente.

Aceleración, recuperación y frenada

RAM y Stellantis sacan su ancho de espadas con el bestial Hurricane de 2 litros e inyección directa que entrega la friolera de 272 CV y 400 Nm desde las 3.000 vueltas. Es un bloque recontra contundente pero recién cuando empieza a soplar la turbina: noté un minúsculo lag. Eso sí, cuando empieza a empujar da calambre. La encargada de transmitir todo es una caja automática de nueve velocidades que ya hemos manejado en…sí, adivinaste, Toro. Cumple con su función y pasa casi inadvertida (tiene levas) pero no me gusta para nada la selectora rotativa, sea cual fuere el auto. La capacidad de remolque, 400 kg.

Querés cifras y te las vamos a dar, porque como es costumbre fuimos al autódromo a medir los 272 CV de la Rampage, que nos dio 6,8 segundos en el cero a cien y recuperación en 4,5 una brutalidad. Obviamente todo medido en el modo R/T que es un poquito más que el tradicional Sport porque acá cambia el mapeo en la rigidez de la dirección además de la respuesta del acelerador, etc.

Por si fuera poco, la frenada nos dio 39,4 una medida que la ubica en la zona verde auto test y que, para cerrar en pocas palabras, la Rampage acelera brutal y, además, frena bien.

Ficha técnica