Volkswagen Amarok Trendline Test Drive

Presentación

MARCA: VOLKSWAGEN

MODELO: AMAROK trendline

La Amarok se presentó hace casi 14 años en Bariloche. Fue una presentación mundial y todavía me acuerdo la cara de agotamiento del responsable de prensa de por aquél entonces que tuvo que lidiar con centenares de periodistas de todo el globo. Pasó el tiempo y cambiaron muchas cosas pero la Amarok sigue ahí y, mientras escribo estas líneas, fue la pick up más vendida del mes anterior, superando a las Toyota Hilux y Ford Ranger, con saltos generacionales en 2015 y 2023, respectivamente. Viejos son los trapos o, por lo menos, eso dicen las ventas.

No hay mucho más para alimentar esta introducción. Posiblemente la Amarok sea la pick up que más manejamos en auto test, y en esta oportunidad tocó una figurita difícil, de esas que nos gustan: poner a prueba una versión base. Esta es nuestra experiencia con una de las opciones más baratas de la pick up fabricada en Pacheco.

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Características

Rústica, blanca y con fenders negros: el ABC de la pick up de entrada de gama para laburar tiene un triple check en esta Amarok Trendline. Los que la castigan día a día dirán que no necesitan más y nosotros, que lejos estamos de esos menesteres, coincidimos en que el mix bianconero le da un look discreto pero con un touch guerrero.

Del diseño nada nuevo. Sólo destacar las llantas de aleación (auxilio de chapa) de 16” con caucho 245/70 que repercuten para bien en el día a día. El resto es una oda a lo espartano, con cero cromado o vinilos que engalanan las otras versiones de Amarok.

La ficha técnica de esta versión de Amarok obviamente es flaquita pero destacamos muchas cositas para el que se mueve todo el día arriba de una Trendline: tercera luz de stop, guantera con llave, parasoles con espejos y portadocumento, encendedor (!), levantavidrios con one touch, espejos con comando eléctrico y desempañador, cierre remoto, luneta térmica y sensor de estacionamiento trasero, un ítem que considero fundamental para cualquier pick up independientemente de su segmento. Ah, no tiene alarma.

A la hora de la seguridad, hay una buena y una mala. La buena es que tiene exactamente el mismo equipamiento de serie que la tope de la familia, o sea, cuatro airbags y los controles que exige la ley. La mala es justamente esa, que con esta generación ese es el techo de seguridad pasiva y activa. Veremos que pasa en invierno 2024, con la llegada de la renovación de Amarok.

El comportamiento sigue siendo el típico de Amarok, con un andar muy franco en la ciudad y en ruta a sus anchas. Acá vale también aclarar que las versiones comerciales como esta tienen cinco elásticos mientras que las lúdicas (léase V6) tienen 3.

Interior

Adentro de la Amarok la arquitectura obviamente que es similar pero quedaron en los racks de la línea de montaje todos los cromados y las chucherías “innecesarias”. Todo plástico negro y ausencia de algunas cositas como el portanteojos o el plafón que estéticamente duelen pero la que mas sufrí los días de prueba y que creo que hasta roza el mal gusto es el apoyabrazos: directamente hay un hueco que queda horrible y que encima no deja descansar el brazo derecho. Dudo mucho que Volkswagen vaya a pérdida si pusiera un apoyo. A la hora de la habitabilidad, sin mayores novedades: 3,1 metros entre ejes, cinco manijas por si las cosas se ponen peludas y un espacio correcto aunque justo para las piernas.

Un pelín más atrás está la caja, que ostenta una de las capacidades máxima que admite la gama Amarok: 1052 kilos. Tiene iluminación de caja, portón con cerradura y, según la ficha, amortiguación, pero honestamente no la percibimos muy suave. En las fotos ves una lona marítima que no es de serie al igual que la protección de caja, un ítem clave para, más en esta versión, proteger la pintura de serie. Esto último, pensando en la paliza a la caja, debería serlo.

Quien comande la Amarok se encontrará con un tablero muy Volkswagen y más completo de lo que esperábamos, con compu central (monocromática pero con buena data), los dos relojes clásicos de VW con los minirelojes embutidos de temperatura y combustible. Me costó un poco encontrar la manera de resetear los datos de la compu y de chiripa descubrí que el reset está bajo el brazo derecho de la columna de dirección, rarisimo.

La posición de manejo de la Amarok es buena con múltiples regulaciones de volante y butaca (de plástico), algo que incluso versiones top de la competencia no tienen. Mención especial para los tapizados de cuerina, pensados para una buena remojada si los ensuciamos al igual que los pisos vinílicos, que habilitan el enjuague.

Confort y funcionamiento

Consumo de combustible

Una de las razones por las cuales quisimos ponernos al volante de esta variante de Amarok era para medir los consumos del 2 litros monoturbo, un bloque que no manejamos tanto como el 3 litros V6 o el biturbo.

El consumo de combustible de la Volkswagen Amarok Trendline fue un poco más alto de lo que nos hubiera gustado ya que a 100 km/h nos pidió 8,2 litros cada cien mientras que a 130 se fue a 9,9.

En la ciudad se contuvo un poquito con promedios de 11,4 litros cada cien, y vale la pena aclarar que no tiene ningún tipo de modo de manejo ni control de velocidad crucero con lo cual se pierde un poquito de precisión para “llevarla” a 100 y/o a 130.

Con estos promedios y un tanque de combustible de 80 litros (el mismo para toda la familia Amarok) las autonomías quedaron en 975, 808 y 701 kilómetros, respectivamente.

Aceleración, recuperación y frenada

A la hora de las prestaciones, naturalmente fuimos hasta el Autódromo de Buenos Aires, a la zona del kilómetro para poner a prueba el brío del 2.0. En un día bastante ventoso el 2.0 de 140 CV de la Amarok Trendline registró el cero a cien en 15,3 segundos (+3,7 respecto de la biturbo) y el kilómetro en 36,5 (+2,8), cifras lógicas y que, creo, quien busque esta 2 litros no va a buscar acercarse a los tiempos de la 180. Como sea, el motor empuja y responde al pedido del pie derecho. El torque, de 340 Nm, 60 y 80 menos que las variantes de 180.

La caja también me gustó, hacía rato no manejaba una Amarok manual y ratificamos las buenas sensaciones que tienen los selectores de la marca. A la hora del frenado, no muy buenas noticias ya que detuvimos el Racelogic en 43,8 metros (100 a 0), bastante lejos de la zona aceptable de auto test.

A la hora del off road, volvimos a familiarizarnos con los bloqueos manuales ya que como bien sabes las Amarok automáticas hacen todo “solo”. En este caso podemos seleccionar el bloqueo de alta y baja y hasta el de diferencial a piacere (más el siempre ponderado Off Road) lo cual nos da más libertad aunque algunos prefieren directamente delegar esa tarea en la electrónica. La Amarok Trendline tiene un caucho Continental CrossContact LX que según la descripción del fabricante tiene “excelentes prestaciones en manejabilidad y frenada tanto para on-road como off-road”, algo que validamos en nuestra evaluación y a lo largo de estos años.

Ficha técnica

Pack de conectividad

No esperes grandes lujos pero sí estar cubierto: la Amarok Trendline tiene el estéreo RCD 230G con CD (si, ¡real!), mp3, USB, tarjeta SD, entrada auxiliar y bluetooth. Comparte misma cantidad de parlantes (4) y tweeters (2) que el resto y, como ves en las fotos no hay ni un comando satelital. A la hora de recargar dispositivos, un solo USB en la plancha: la de 12 V en la zona del selector, del buche superior y las tomas USB en el recoveco, literalmente tapados.

Fotos

Seguridad

Guido Tonelli

Periodista, egresado de DeporTEA en 2007. Ese mismo año ingresó a Motorpress Argentina para escribir en la web Auto Plus Digital y en 2009 pasó a escribir y probar autos para la edición impresa. Desde 2018 redacta y prueba para auto test web y papel y representa al medio en salones internacionales, eventos y lanzamientos de la industria automotriz a nivel nacional y regional.

Fanático del WRC, fue bastante ciclotímico con sus autos: primero tuvo un Suzuki Swift GTI, pasó por un Citroen Saxo, volvióa las siglas prometidas en un Seat Ibiza GTi y recaló en dos Peugeot 206 (uno francés y otro nacional) hasta que pudo cumplir el sueño de su vida de tener un Subaru Impreza turbo «azul con llantas doradas, como tiene que ser un Impreza».